A-MORT
El recuerdo de A-mort se reposiciona y ya no es solo
sexual, se puede sentir la oscuridad total y en esa
oscuridad luces boreales se funden, bailan, se acercan
y se alejan…
Érase una vez en la Atlántida dos Kshatriyas en
una brigada mixta de infantería móvil, dos
combatientes hombre y mujer, eran ellos el A-mort
Original, miles de años atrás ellos se A-maron y
lucharon con pasión.
Aún puedo escuchar sus botas al marchar, los
equipos de campaña sobre sus espaldas, la estática de
sus armaduras electrostáticas; aún puedo sentir el
frio penetrante de los Andes solo mitigado por el
tabaco, el humo sagrado. Ella se perdía en su mirada
y él solo encontraba calma al contemplar su rostro,
juntos, inseparables camino a un Origen que no
llegaron a vislumbrar. En un evento inimaginable
sus existencias se actualizaron en varios mundos… y
aquí estamos, atrapados en esos pasados, presentes y
futuros...
Pasaron eones, sin reencontrase en esos miles de
mundos, pero algo pasó, algo inexplicable, tal vez un
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