www.ellibrito.es
compañeros de algunas asociaciones culturales
locales isleñas.
Sigo preguntándome: ¿la participación depende solo de la organización por parte de las instituciones públicas que ponen guaguas gratuitas? ¿O
quizás saber que el propio Excelentísimo Cabildo
es el organizador del evento hace sentir a muchos
de nosotros lo suficientemente seguros de que
no habrá repercusiones personales, por ejemplo
a nivel de puestos de trabajo? ¿Cuánta gente no
está dispuesta a dar la cara por miedo a venganzas personales por parte del régimen postfeudal
en el que vivimos?
Bueno, si el nuestro fuese un sistema libre y
democrático de verdad, no tendría sentido preocuparse por expresar libremente las propias opiniones, incluso participando en manifestaciones
públicas. Si hubiese alguien que teme dar la cara
para no perder el puesto de trabajo, entonces la
cantante tendría toda la razón.
Al fin y al cabo, para fotografiar correctamente
el contexto actual se necesitarían unas declaraciones libres por parte de cada uno de nosotros,
los que vivimos en esta compleja realidad. En
otros términos, ¿nos sentimos libres de expresar
13
claramente nuestras opiniones o tememos que
– por poner un ejemplo – nos van a denegar el
permiso que esperamos o nos bloquearán una licencia, si es que nos atrevimos a opinar en contra
de lo que le gusta al Ilustrísimo (lenguaje de época feudal) de turno?
La funcionaria tal o el político cual, ¿pueden hacernos la vida imposible si nos declaramos abiertamente en contra de la opinión dominante?
Si las respuestas a todas o a algunas de estas
preguntas fuesen positivas, no solamente la declaración inicial de la cantante Bebe resultaría
mucho más que correcta, sino que tendríamos
un problema muy gordo por lo que se refiere al
normal desarrollo de la coexistencia democrática
entre personas libres, porque libres no seríamos.
Todo esto desembocaría en la necesidad de que
cada uno de nosotros se pregunte a sí mismo si
vale más un pariente enchufado o la propia dignidad. Obviamente, la respuesta – no puede ser
de otra forma – es y tiene que ser personal, cada
uno enfrentándose a su propia conciencia y a su
propia dignidad.