El Librito Majorero nº 30 diciembre 2016 | Page 15

Demo crazy www.ellibrito.es Cine 15 Por Cheyenne Lab [email protected] ¡B ienvenidos, amigos y amigas! Otro mes aquí con El Librito majorero para contaros nuestras aventuras en el universo cine y nuestras desventuras en el mundo real, un mundo real que últimamente le gana la partida al universo cine. Por un lado es por la falta de películas buenas y otro poco porque la realidad se ha vuelto aún más surrealista, más trágica, más original, más loca.   Mientras pasamos el tiempo buscando pelis y esperando la salida de los pesos pesados de la temporada, la realidad nos regala dos versiones diferentes (pero similares) de elecciones democráticas: la primera en España y la segunda en Estados Unidos. En nuestro país nos han tenido casi un año esperando, mientras presenciábamos cada día un nuevo episodio de un culebrón político interminable: nuevas caras, nuevas ideas, nuevas mentiras, horas y horas de tertulias, debates, primarias, etc. Todos los líderes políticos parecían jugadores de ajedrez sin ideas, sentados en sus sillas sin mover un dedo, esperando y calculando. Aparecían pactos secretos y pactos públicos, pactos ridículos, amores y desamores; y al mismo tiempo el país esperando, flotando en un mar de barro para terminar todo igual que empezó.   En Estados Unidos fue al revés, parecía todo claro: imposible que la ignorancia, la arrogancia, el machismo y el racismo fueran a ganar; pero así fue… Y olvidamos todos que no es la primera vez ¿Os acordáis de Reagan, Bush padre, Bush hijo?. Por otra parte, sabemos que la señora Clinton no representaba nada nuevo políticamente, solo era la continuidad del señor Obama, pero bastante El Show de Truman. La actualidad, casi casi una gran mentira como en esta peli. Foto: www.culturaocio.com más a la derecha. La peor sensación es que todos han seguido perfectamente su guion, como en una peli donde todo depende de la voluntad del director, que en las sombras y lejos de las luces del set dirige estas modernas democracias de mentira. La pregunta del mes entonces sería: ¿hasta cuándo durará esta película? ¿Qué somos: ciudadanos o esclavos modernos? ¿Vivimos nuestras vidas o estamos permanentemente dentro de un Truman Show mediático, siempre controlados, siempre dirigidos? ¿De veras que con nuestro voto, de las pocas armas democráticas que nos quedan, podemos influenciar en la vida política o, por lo menos, estar representados mínimamente? Esperemos tristemente el día en el que nos digan la verdad.   Les pedimos disculpas porque este número no tiene material cinéfilo, pero es que la realidad política y, sobre todo, el calamitoso estado de nuestros ordenadores no nos han permitido durante estos días ver material que valga la pena. ¡Hasta pronto, ciudadanos!