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Elena le preguntó -¿Falta mucho para llegar al orfanato?-, el niño le contestó -No,está en la manzana que viene.-, la respiración del niño se empezó a acelerar ,al igual que su expresión, dijo que nos estábamos acercando al lugar, Elena me pregunta nerviosamente -¿Por qué nos llevaría al origen de su trauma?, yo no sabía bien qué responderle ya que estábamos teniendo las mismas dudas, de repente el niño gritó -¡AHÍ ES!.
Elena se pegó un gran susto ya que rompió el silencio de ese lugar, mientras que yo voltee a ver al lugar donde este había señalado, era otro callejón dentro del mismo en el que estábamos metidos de este largo recorrido. El niño rápidamente nos tomó de las manos y nos llevó velozmente hacia una construcción abandonada, Elena rápidamente dijo -¡¿A donde nos estara llevando?! - De repente el niño se empezó a transformar en una bola de carne, de una manera espantosa, poco creíble para los ojos de una persona realista, su mandíbula se empezó a agrandar, Elena y yo nos quedamos en shock, parecía que estuviéramos bajo una gran dosis de opio...
Esta cosa se acercó a mí y Elena se puso frente a