Era un dÍa soleado, caluroso, como para ir a la playa, mientras veía la calle desde la ventana de mi casa vi a un niño jugando con una pelota roja como el carmesí. El niño estaba solo, sin embargo, no me preocupé y me enfoqué en refrescarme, darme una ducha o abrir la heladera del insoportable calor que hacía. Mientras mi hermana Elena estaba dormida en la habitación pensé ¿cómo es posible que con este calor alguien pueda dormir tan profundamente? Escuché un vidrio romperse por la cocina, era el mismo niño que estaba jugando con la pelota . Había roto la ventana de un pelotazó para poder ingresar a la cocina para buscar comida. Me atacó asustado, forcejeamos un poco hasta que lo agarré con los brazos y lo inmovilicé. Luego grité: ¡¡¡ELENA,ELENA, ELENA!!!. Y enseguida saltó de su cama hasta la cocina y preguntó: ¡¡¿qué pasa?!!
Elena nos ve y me dice: ¡¿Víctor qué hacés?!. A lo cual le respondí: - Encontré a este niño robándonos la comida !! Llamá a la policía para que le digan a sus padres lo que trató de hacer¡¡.