El HOSPITAL - REVISTA® Apr. 2014 | Page 14

2 1 OPINIÓN Por Felixx, Director Administrativo de El Hospital Cada vez que paseo por el resto de instalaciones hospitalarias (bendita competencia) me doy cuenta de todo lo que hemos avanzado, muchas veces creo que sin darnos cuenta. Nuestros inicios se basaron en un model o único de sala propiciado por un excedente de muebles en la mano de nuestro Director, un recinto que tal vez como muchos de los que existen hoy en Habbo, se traduce en una tirada de dados de un propietario que lo que quiere ver es si cae la breva y se le llena la sala, al tiempo que le da uso a unos cuantos cachibaches que no utiliza, matando con suerte dos pájaros de un tiro. virtuales, directores virtuales, pacientes virtuales, jefes virtuales. Hemos logrado ofrecer un nivel de roleo que hace que cualquiera que pase de puertas para adentro en El Hospital, sienta que está en uno de “verdad”; que tendrá una asistencia de primera calidad; una atención personalizada; que dispondrá de herramientas a las que agarrarse o personas a las que poder solicitar ayuda, exponer cualquier queja o sugerencia. El Hospital sabe lo que las personas suponen en su funcionamiento, siendo éstas parte fundamental sin las que nada tendría sentido ni nada podría realizarse. Sí, es posible que nuestro comienzo también fuese el mismo, pero se supo seguir una máxima que hasta ahora ha sido muy efectiva: renovarse o morir. No olvidamos a los que han formado parte de nuestra historia y esperamos recibir a aquellos que en el futuro sigan escribiéndola. Por todo lo expuesto y por ellos, somos quienes somos, líderes en nuestro sector y humildes desde el primer momento, donde lo único que queríamos era dar uso a unas cuantas camas que al final han resultado determinantes. Día a día El Hospital se ha renovado a sí mismo. Establecer una jerarquía mínima que permitiera la entrada de personas con inquietudes semejantes en el motor sanitario; incluir secciones médicas orientadas a las distintas dolencias o necesidades del paciente; la creación de un reglamento interno que permita fijar los límites y que diera a conocer unos derechos; la incorporación de accionistas que con sus aportes pudieran hacer que los engranajes no dejaran de funcionar; poner a disposición una facultad para que cualquiera pueda aprender el oficio del médico; muy en resumen yo lo traduzco en una sola palabra: Realismo. Afortunadamente nos hemos creído la historia. Hemos apostado por ser médicos