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OPINIÓN
Por Felixx,
Director Administrativo de El Hospital
Cada vez que paseo por el resto de
instalaciones hospitalarias (bendita
competencia) me doy cuenta de todo lo
que hemos avanzado, muchas veces creo
que sin darnos cuenta. Nuestros inicios se
basaron en un model o único de sala
propiciado por un excedente de muebles
en la mano de nuestro Director, un recinto
que tal vez como muchos de los que
existen hoy en Habbo, se traduce en una
tirada de dados de un propietario que lo
que quiere ver es si cae la breva y se le
llena la sala, al tiempo que le da uso a
unos cuantos cachibaches que no utiliza,
matando con suerte dos pájaros de un tiro.
virtuales, directores virtuales, pacientes
virtuales, jefes virtuales. Hemos logrado
ofrecer un nivel de roleo que hace que
cualquiera que pase de puertas para
adentro en El Hospital, sienta que está en
uno de “verdad”; que tendrá una
asistencia de primera calidad; una
atención personalizada; que dispondrá de
herramientas a las que agarrarse o
personas a las que poder solicitar ayuda,
exponer cualquier queja o sugerencia. El
Hospital sabe lo que las personas suponen
en su funcionamiento, siendo éstas parte
fundamental sin las que nada tendría
sentido ni nada podría realizarse.
Sí, es posible que nuestro comienzo
también fuese el mismo, pero se supo
seguir una máxima que hasta ahora ha
sido muy efectiva: renovarse o morir.
No olvidamos a los que han formado parte
de nuestra historia y esperamos recibir a
aquellos que en el futuro sigan
escribiéndola. Por todo lo expuesto y por
ellos, somos quienes somos, líderes en
nuestro sector y humildes desde el primer
momento, donde lo único que queríamos
era dar uso a unas cuantas camas que al
final han resultado determinantes.
Día a día El Hospital se ha renovado a sí
mismo. Establecer una jerarquía mínima
que permitiera la entrada de personas con
inquietudes semejantes en el motor
sanitario; incluir secciones médicas
orientadas a las distintas dolencias o
necesidades del paciente; la creación de
un reglamento interno que permita fijar los
límites y que diera a conocer unos
derechos; la incorporación de accionistas
que con sus aportes pudieran hacer que
los engranajes no dejaran de funcionar;
poner a disposición una facultad para que
cualquiera pueda aprender el oficio del
médico; muy en resumen yo lo traduzco en
una sola palabra: Realismo.
Afortunadamente nos hemos creído la
historia. Hemos apostado por ser médicos