La mujer con el hijo en brazos:
Se sitúa bajo el toro, como protegida por él,
con la cara vuelta hacia el cielo en un
ademán o grito de dolor.
Su lengua es afilada como un estilete
y sus ojos tienen forma de lágrimas.
Sostiene en sus brazos a su hijo ya muerto.
Los ojos del niño carecen de pupilas,
ya que está muerto.
PALOMA:
Situada entre el toro y el caballo,
a la altura de sus cabezas,
no resulta visible a simple vista,
pues, excepto por una franja de color blanco,
es del mismo color que el fondo y únicamente
está trazada su silueta.
Tiene un ala caída y la cabeza vuelta hacia arriba,
con el pico abierto.
Generalmente se ha considerado
un símbolo de la paz rota.