Si yo fuera un anciano decrépito, bebería con fruición el licor de los dioses para retornar a mi añorada juventud. Si yo fuera un héroe, realizaría doce trabajos más difíciles que los de Hércules. Si yo fuera un mago, apuraría la copa sagrada de la poción mágica de las brujas. Vendería incluso, como Fausto, mi alma al Diablo, por una noche de inmortalidad.
Anónimo alemán del siglo XVI.
« Con ardiente afán ¡ ay! estudié a fondo la filosofía, jurisprudencia, medicina y también, por mi mal, la teología; y héme aquí ahora, pobre loco que no sé mucho más que antes. Me titulan maestro, me titulan hasta doctor y cerca de diez años ha, llevo de nariz a mis discípulos, de acá para allá, a diestro y siniestro … y veo que nada podemos saber. Verdad es que soy más entendido que todos estos estultos, doctores, maestros, escritorzuelos y clérigos de misa y olla; no me atormentan escrúpulos ni dudas, no temo al infierno ni al diablo, pero a cambio me han sido arrebatados toda clase de goces … Por esta razón me di a la magia, para ver si mediante la fuerza y la palabra del Espíritu, me sería revelado más de un inmortal arcano ».
Fausto J. W. GOETHE