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UNA LECTURA SERIA
“Una cosa es para mí como me aparece a mí, para ti, como te aparece a ti” dijo Protágoras. Adoptando la conducta de dicha frase antes mencionada Iván Ilich ejecuta sus acciones según su parecer, un parecer de inconsciencia el cual en medio de enfermedad analiza e inicia un proceso de introspección y reflexión de su inconsciente vida.
Iván es un burócrata de un eficiente desempeño en su labor, pero es deficiente en cuanto a su familia. El prototipo de vida de Iván es una vida sin complicaciones. Él y su cónyuge llevan un buen estilo de vida sin agitaciones, tal y como le agrada a Iván, hasta el momento en que aparecen las discusiones y éstas empiezan a alterar el buen y cómodo bienestar de la costumbre que le gusta llevar al funcionario. Desde el momento de su incomodidad Iván se refugia en su trabajo y en el whist, juego de naipes ruso, que son los que constituyen su vida confortable y que al final se ve todo interrumpido por la llegada de una enfermedad.
En el sexto capítulo de la novela Tolstoi cita el silogismo de un filósofo: “Cayo es un hombre, los hombres son mortales; por lo tanto Cayo es mortal.” Iván leyó una vez el silogismo pero nunca se imaginó que algún día existiría la probabilidad en la que él estaría en la misma situación que Cayo. El mensaje que quiere hacer llegar Tolstoi es la despreocupación que tienen las personas ante el transcurso de su vida, no llegando a pensar que un día también llegará la muerte para ellos.
Reflexión retrospectiva y en esta meditación se da cuenta de que mientras más envejecía su vida se tornaba más vacía e incompleta por la única razón de su aislamiento. Iván se molesta y rehúye el trato con sus familiares, pero lo que realmente se observa es que él nunca buscó el trato con ellos por lo tanto el desinterés de unos a otros es recíproco.
Cabe destacar que el autor al momento de escribir la obra era sumamente religioso y no se puede eludir la posibilidad de la existencia de un mensaje y punto de vista religioso ante aquella situación. El moribundo piensa en Dios y pregunta por qué ha de morir, y que su muerte le parece injusta. Tolstoi quiso dejar un mensaje implícito, no del todo, e inducir a las personas a la conversión, o mantener una relación con Dios.
La corta pero grandiosa obra se enfoca en describir a estas personas que pasan su existencia enfocados en intereses que en un final serán perniciosos y los conduce a su fracaso.
En la vida siempre se encontrará un Iván Ilyich o tal vez lo encontremos un día inadvertido,mientras miramos el retrovisor en camino a la oficina.
Por Arthur Liberato