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La historia se repite, la Argentina no aprende
Por AIlin Vitali Castro
Luego de la última dictadura militar que duró 7 años de terrorismo de estado, entrega económica y una
guerra perdida en Malvinas, en 1983 Argentina vuelve a votar.
Raúl Alfonsín asume a la presidencia encontrándose con una crisis económica y social tremenda, un estado
destruido y una deuda impagable. Alfonsín crea el Plan Austral que permite controlar la inflación. En 1988
la situación empeora, suben las tarifas y aumenta la inflación, el banco central pierde reservas día a día.
La primera hiperinflación sucedió en 1989 después de la renuncia de Alfonsín.
El segundo sucedió entre 1989 y 1990 durante
la presidencia de Carlos Menem. Con la
devaluación del Austral Miles de personas
pasaron hacia la pobreza; la hiperinflación
devoró salarios y género saqueos.
Luego de que Carlos Menem asume el poder la
hiperinflación aumento el porcentaje de
personas viviendo en la pobreza del 25% hasta
el 43,3% en el mismo año.
Durante el segundo mandato de Menem cada vez hay más desocupados, que salen hacer piquetes y
protestas con la ayuda de los trabajadores.
Gran parte de la clase media no quería salir del 1 a 1, lo cual el gobierno promete su continuidad.
En 1999 Fernando de la Rúa asume a la presidencia en medio de una gran crisis, una fuerte recresion, la
caída de los ingresos de capitales extranjeros y la baja en las importaciones ya que en los últimos 2 años
el peso a perdido competitividad.
El gobierno carga con un desempleo del 15%, un déficit fiscal de más de 7 mil millones de dólares y una
deuda externa que asciende a los 170 mil millones de dólares.
Después de disturbios en 2001, de la Rúa se ve obligado a renunciar y en menos de 11 días el bando
presidencial fue cambiado 3 veces:
Ramón Puerta.
Adolfo Rodríguez Saa.
Eduardo Camaño.
El 1 de enero de 2002 la asamblea designó a Eduardo Duhalde a la presidencia en sus primeros meses
Duhalde decide terminar con la convertibilidad y pacificar la economía.
Esto produjo una fuerte devaluación que profundiza la pobreza y para palearla implementa diferentes
planes sociales.
Duhalde adelanta las elecciones y busca postulantes, uno de ellos Néstor Kirchner.
En 2003 asume Néstor Kirchner a la presidencia, se encuentra con un estado desguazado y las
consecuencias de más de 10 años de neoliberalismo, con una deuda externa que aumenta a los 180 mil
millones de dólares y un 51% de la población con problemas de pobreza.
Una de sus primeras medidas fue mantener a Roberto Lavagna como ministro de economía, que logra los
primeros pasos positivos. Mantuvo la devaluación de la moneda mediante una fuerte participación del
Banco Central en la compra de divisas, impulsando mediante las exportaciones un crecimiento económico