Cuentos
El Dromedario
10
¿Vivir?
La vida lo arrastró hasta ese momento. No fueron errores ni malas decisiones, fue el innegable destino que llevaba en su conciencia. O tal vez fue el azar, un azar tan certero que parecía determinado. Sin embargo, a él ya no le importaba lo que fue ni lo que pudo haber sido. Se encontraba totalmente deshecho de tanto haber pensado en eso. De tanto haber pensado en el porqué de las cosas. Ya nada tenía sentido. Una vida vacía y llena de remordimientos, de impotencia y rabia. El viento soplaba cada vez más duro, arrastrándolo al recuerdo de ese pasado desperdiciado. Abrió los ojos y se observó a sí mismo. Desprendido de su cuerpo, se encontraba etéreo flotando en la brisa. Veía su vida pasar en bucle. Naces, creces, vives, mueres. Naces, creces, vives, mueres. Nunca nadie ha logrado salir de ese destino que nos consume como especie. Todo lo veía desde el interior, desde su perspectiva, desde esa misma perspectiva de la que nadie sospechaba, hasta que el fuerte viento se convirtió en una insuflación y el pasar de su vida se detuvo en un instante:
⸺ Papá, papá, mira como corro. ⸺ oyó una voz dulce y lejana
⸺ Te felicito hijo. ⸺ respondió de manera automática y desinteresada su otro yo, el material y sin alma.
Las ráfagas de viento eran más intensas y lo sumergieron en el mar de lamentos. No sabía que estaba pasando, intentaba respirar ahogado por los recuerdos. Su alma se agrietaba por dentro, su cuerpo asfixiado intentaba sobrevivir. Sin embargo, la penetrante tormenta lo sepultaba en lo más profundo de su existencia. Él fue, pero nunca pudo volver a ser…
Por: Juan Sebastian Garcia
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