El Diario del CISO (The CISO Journal) Edición 12 | Page 16
Influenciador
Kon Leong
CEO de ZL Technologies, Inc.
La ética del 'big data': ¿para qué usan las
empresas los datos de sus trabajadores?
El juez del Tribunal Supremo de Estados Unidos Potter Stewart dijo
una vez: "La ética consiste en conocer la diferencia entre lo que
tienes derecho a hacer y lo que es correcto hacer". Sin embargo, es
muy probable que cuando el juez Stewart lo dijera, no supiera de
qué manera iban a empezar a difuminar esos límites las nuevas
tecnologías.
Con la llegada de las nuevas tecnologías de la información, las
grandes empresas pueden amasar y analizar, sin precedentes,
volúmenes de datos sin estructurar: datos generados por humanos
como el texto de documentos empresariales, correos electrónicos,
mensajes instantáneos y redes sociales. Recoger y almacenar estos
datos fue en principio el resultado de la obligación de contar con
pruebas ante posibles demandas, mantener un registro del negocio,
y responder a las peticiones de información de los reguladores. Sin
embargo, las empresas se han dado cuenta de que todos esos
datos pueden dibujar un nuevo horizonte en las herramientas y
técnicas de gestión, como visualizar la interacción entre los
trabajadores, mapear la experiencia en áreas de conocimiento
concretas, recrear eventos pasados, realizar un seguimiento de la
satisfacción de los trabajadores y ofrecer ideas y claves sobre toda
la actividad humana dentro de la organización.
Articulo original tomado de HBR
Jeimy Cano, Ph.D, CFE
Director Revista SISTEMAS at Asociación Colombiana de Ingenieros
de Sistemas
Los roles claves de la transformación digital
La acelerada inestabilidad y disrupción generada por las tecnologías
de información y las comunicaciones, por la convergencia
tecnológica y el ejercicio de construcción de conocimiento
transdisciplinar que convoca expertos de diferentes dominios del
saber, sobre necesidades y expectativas de los clientes, crea un
escenario particularmente interesante y retador para las
organizaciones que quieren estar en un lugar destacado en el siglo
XXI.
En este contexto, las empresas deben repensarse desde la
conceptualización de su negocio para imaginarlo nuevamente desde
una lectura digital, asimétrica, inestable y dinámica, como se
presenta el entorno de hoy. Este ejercicio debe llevar a las
organizaciones a comprender que ahora las expectativas de los
clientes, no están basadas en intereses específicos, ni gustos
particulares, sino en la conexión de sentimientos como la novedad,
la calidad, la seguridad y la utilidad que genera atracción sobre los
servicios y productos digitalmente modificados.
Articulo original tomado de Portafolio