El diario de Anna Frank | Page 151

Gentileza de El Trauko http://go.to/trauko El domingo, día de su cumpleaños, transcurrió pacíficamente. Recibió una botella de un buen vino (cosecha 1919), por parte de los Van Daan (que después de todo pudieron obsequiarlo), un frasco de legumbres en escabeche, y una caja de hojitas de afeitar. Kraler le regaló un pote de mermelada de limón, Miep un libro y Elli una planta. Él nos convidó a cada uno con un huevo. Tuya, ANA Miércoles 3 de mayo de 1944 Querida Kitty: Primero, las noticias de la semana. La política está de vacaciones: nada, absolutamente nada que señalar. Empiezo a convencerme de que habrá una invasión después de todo, imposible dejar que los rusos se las arreglen solos; por lo demás, ellos tampoco se mueven ya en este momento. El señor Koophuis vuelve a concurrir a la oficina todas las mañanas. Ha conseguido un nuevo somier para el diván de Peter, así que éste tendrá que hacer un trabajo de tapicería, lo cual —lógicamente— no le entusiasma demasiado. ¿Te he dicho que nuestro Muffi ha desaparecido? Se esfumó sin dejar rastros, el jueves último. Supongo que ya está en el cielo de los gatos, mientras un aficionado a la carne ha hecho de él un plato delicioso. Quizás alguna muchacha se adornará con su piel. Peter se ha sentido muy afectado. Desde el sábado almorzamos a las once y media; por economía, el desayuno sólo consta de una taza de avena; cuesta aún encontrar legumbres: para el almuerzo tuvimos ensalada cocida podrida. Ensalada cruda o cocida, espinacas... ése es nuestro menú; no hay otra cosa, salvo las patatas podridas: ¡algo delicioso! No es menester mucha imaginación para comprender esta eterna letanía de la desesperación: "¿De qué sirve esta guerra? ¿Por qué los hombres no pueden vivir en paz? ¿Por qué esta devastación?". Pregunta comprensible, pero nadie ha encontrado la respuesta final. En realidad, ¿por qué se construyen en Inglaterra, aviones cada vez mayores, con bombas cada vez más pesadas y, al mismo tiempo, casas prefabricadas para la reconstrucción? ¿Por qué se gastan cada día millones en la guerra y no hay un céntimo disponible para la medicina, los artistas y los pobres? ¿Por qué hay hombres que sufren hambre, mientras que en otras partes del mundo los alimentos sobran y se pudren? ¿Por qué los hombres han enloquecido así? Jamás creeré que únicamente los poderosos, los gobernantes y los capitalistas son responsables de la guerra. No. El hombre de la calle también es responsable. Si no, los pueblos hace rato que se hubieran rebelado. Los hombres han nacido con el instinto de destruir, matar, asesinar y devorar: hasta que toda la humanidad, sin excepción, no sufra un enorme cambio, la guerra imperará; las construcciones, las tierras cultivadas serán nuevamente destruidas, y la humanidad no tendrá más que volver a empezar. 147