El diario de Anna Frank | Page 147

Gentileza de El Trauko http://go.to/trauko Todavía estoy muy resfriada y he contagiado tanto a papá y mamá como a Margot. Con tal de que no se contagie Peter. Quería que yo lo besara y me llamó su "país de ensueño". Pero no es posible, mi buen muchacho. Claro que él es muy amable. Tuya, ANA Jueves 27 de abril de 1944 Querida Kitty: Esta mañana, la señora Van Daan ha estado malhumorada, quejándose sin cesar. Primero, sobre su resfrío: no tiene pastillas y está cansada de sonarse. Además, odia estos días nublados, la invasión que no llega, la ventana enmascarada, etc. Nos ha hecho reír de tal manera, que ha terminado por reírse con nosotros. En este momento estoy leyendo El Emperador Carlos V, escrito por un gran profesor de la Universidad de Gotinga; tardó cuarenta años en terminar este libro. En cinco días no he podido leer más que cincuenta páginas. El volumen tiene quinientas noventa y ocho páginas. Puedes calcular el tiempo que deberé dedicarle, ¡y hay un segundo tomo! Pero es interesante. Es increíble lo que una escolar puede aprender en un solo día. Por ejemplo, hoy he empezado por traducir del holandés al inglés un fragmento de la última batalla de Nelson. En seguida he proseguido mi, historia de los países nórdicos, la guerra de 1700-1721, Pedro el Grande, Carlos XII, Stanislas Leczinsky, Mazeppa, Von Gótz, el Brandeburgo, la Pomerania y Dinamarca..., ¡todo ello, incluyendo las fechas! Luego he abordado el Brasil; lectura sobre el tabaco de Bahía, la abundancia de café, los habitantes (un millón y medio) de Río de Janeiro, Pernambuco y Sao Paulo, sin olvidar los del Amazonas. Sus negros, mulatos, mestizos, blancos, con más de un 50 por ciento de analfabetos, y la malaria. Me quedaba aún tiempo para recorrer un árbol genealógico: Juan el Antiguo, Guillermo Luis, Ernesto Casimiro I, Enrique Casimiro I..., hasta la pequeña Margriet Franciska, nacida en 1943 en Ottawa. Mediodía: en el desván he proseguido mi programa con la historia de las catedrales, hasta la una. ¡Uf! Después de las dos, la pobre niña (¡hum, hum!) retoma los estudios, empezando por los monos de nariz aplastada o puntiaguda. ¿Sabrías decirme cuántos dedos tiene un hipopótamo? Luego le toca el turno a la Biblia: el Arca de Noé, En seguida, Carlos V, en el cuarto de Peter; Henry Esmond, de Thackeray; al final, comparar el Mississippi con el Missouri. Tuya, ANA 143