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lechugas, desde hace quince días. Las patatas, de 30 centímetros
de largo, son dulzonas y saben a
podrido. ¡Quienes deseen adelgazar no tienen más que hacerse
pensionistas del anexo! Nuestros vecinos no dejan de lamentarse,
pero nosotros tomamos la situación no tan a lo trágico. Todos
los hombres que hayan sido movilizados o que hayan combatido
en 1940 son llamados con el fin de trabajar para der Führer como
prisioneros de guerra. ¡Una medida más, sin duda, contra la
invasión!
Tuya,
ANA
Sábado 10 de mayo de 1943
Querida Kitty:
Si me pongo a pensar en la forma en que vivimos aquí, llego
casi siempre a la misma conclusión: comparados con los judíos
que no están escondidos, nosotros debemos considerarnos en el
paraíso. Sin embargo, más tarde, cuando todo retorne a la
normalidad y habitemos, como antes, nuestra casa decentemente
arreglada, no podré dejar de asombrarme al recordar hasta qué
punto hemos descendido.
Esto en lo que concierne a nuestra manera de vivir. Por
ejemplo, desde que estamos aquí utilizamos el mismo hule, que
ya no puede llamarse limpio después de un uso tan prolongado.
Trato a menudo de frotarlo con un estropajo, pero éste tiene más
agujeros que tela. Por mucho que se lave y jabone la mesa nunca
se logra nada satisfactorio. Durante todo el invierno los Van Daan
han dormido sobre un retazo de franela que no se puede lavar
aquí, porque el detergente es malo y escaso. Papá lleva un pantalón
raído y una corbata deshilachada. El corsé de mamá ha exhalado
hoy su último suspiro, en tanto que Margot se pasea con un
corpiño dos medidas más chico.
Mamá y Margot se las arreglaron para pasar el invierno con
sólo tres camisones para las dos; los míos se han vuelto tan cortos,
que ni siquiera me llegan hasta las rodillas.
Desde luego estas cosas son pasajeras, y por tanto
intrascendentes, pero a veces tengo mis aprensiones: «Nosotros,
que nos adaptamos actualmente a nuestras cosas requeteusadas,
desde mis calzones hasta la brocha de afeitar de papá, ¿volveremos
a llevar un día el tren de vida de antes de la guerra?
Esta noche, los aviones han bombardeado en tal forma, que
cuatro veces empaqueté todas mis cosas. Hoy, hasta he preparado
una maletita con lo estrictamente necesario en caso de huida.
Mamá me ha preguntado, y con razón:
-¿A dónde quieres huir?
Toda Holanda es castigada por las huelgas que paralizaron
diversos puntos del país. Ha sido declarada en estado de sitio, y a
todo el mundo se le ha suprimido un cupón de mantequilla. ¡Así
se castiga a los niños malos!
Por la tarde lavé el pelo a mamá. No es nada de fácil con el
pegajoso jabón que ahora se consigue. Mamá tampoco puede ya
peinar su gruesa cabellera con el único peine gastado, al que sólo
le quedan diez dientes.
Tuya,
ANA
Martes 18 de mayo de 1943
*Club de oficiales alemán (N. del T.).
© Pehuén Editores, 2001.
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