más larga de todas . El sol por las ventanas invitaba a destruir la pared a cabezazos para recibirlo en su esplendor . Para recibirlo brevemente , porque lo bueno y breve es dos veces bueno , y lo mejor del sol era que se ocultaba a diario . Y lo mejor de las siestas es cuando las paredes impiden la entrada del sol , pero una caprichosa persiana deja que unos minúsculos rayos se reflejen en la habitación , tan sutilmente que invitan a seguir durmiendo .
La última hora , la fatal . Es lógico , el final está más lejos cuanto más cerca está . Es la lógica de la juventud . El tiempo , los minutos y las horas son sólo un reflejo , una extensión mejor dicho de nuestros años jóvenes . Juventud , divino tesoro . Quizás es por eso que el tiempo es oro . ¿ No están hechos de oro los tesoros ? Media hora . El diagnóstico estaba completo . Sólo quedaba imprimir . El camino a la impresora fue marcado por dos pensamientos : una parada más y el regreso a casa sería realidad . Y por otro lado : ¿ En dónde estaba nadando ? Eso no era agua . Cuarto de hora , el diagnóstico ya estaba sobre la mesa de su jefe , quien , otra vez ausente , no pudo regalarle su tercio de sonrisa . La próxima parada era el curso de capacitación . Antes , media hora para repasar y , de paso , merendar . Entre té y unas monocromáticas fotocopias de un aburridísimo sujeto que hablaba vaya uno a saber sobre qué cosas de organizaciones y gestión , pasaba la merienda . La modorra post-siesta , esa que nunca se tomó , era violenta . Bostezaba aproximadamente dos veces por minuto . Con el cerebro saturado de oxígeno , se levantó algo mareada de la silla y salió hacia el instituto de las siglas que nunca supo qué significaban .
Lo bueno del curso era que las horas ocupadas se veían reflejadas en el salario final . Lo malo era que no sabía para qué estaba siendo capacitada . Pero siempre es bueno agregar hojas al currículum , ¿ no ? Birome en mano , anotaba lo poco que su mente le permitía comprender : merchandising , management , marketing , etcétera . Sus compañeros de curso eran una incógnita . Nunca había cruzado con ellos más que las palabras estrictamente necesarias . Tal vez fuera cuestión de energías y una inédita inteligencia de los cuerpos impedía el contacto indeseable con toda esa bola de yuppies . A finalizar las dos horas de curso la mente estaba tan vacía como las palabras que anotó , pero lo que seguía era realmente reconfortante : la vuelta a casa , el encuentro con su pareja y , por supuesto con su cama .
Teléfono . Ágape con los compañeros de trabajo de él . Ascenso de alguien . Ya no tenía fuerzas para quejarse . Lo único que salió de su boca fue , tal vez porque su cuerpo le pedía expulsar mayor negatividad , ¿ ágape ?, pero qué palabra más pelotuda , van a comer y punto . Sin embargo , nada más lejano , si tan sólo implicara comer , no sería una variación de lo que tenía planeado . El ágape implicaba no volver a su casa por vaya una a saber cuántas horas más . Implicaba saludar a la gente , hablarles , comentarles cosas de la vida de una que no tiene ganas de comentar , implicaba sonreír cada cierto tiempo o comentarios . Un mundo de esfuerzos que , por una cosa o por otra , ya no estaba en potencial de recriminar ni a su marido , ni a sus compañeros , ni a su jefe , ni a su madre por haberla traído a este mundo . Era simplemente así y a otra cosa . Todo comportamiento social fue cumplido con lo justo , y con menos también . Porque a veces la sonrisa se parecía más a un estoy a punto de estornudar que a otra cosa . Y la actualización de estado se reducía a un , todo bien y vos , y escuchar la larguísima respuesta del increpador deseoso de hacer cómplice de su vida al otro .
Una de la madrugada . Por fin emprendían el camino a casa . En un extraordinario esfuerzo de empatía , su pareja había rechazado la invitación de sus compañeros a seguir de copas . ¿ Si esto no es amor , el amor dónde está ? El taxi no se demoró más de unos minutos . Una vez arriba , cayó sobre el hombro su marido , quien , afortunadamente , se hizo cargo de la charla con el chofer . Dormitaba . Sus ojos estaban cerrados y su cerebro en estado de suspensión , aunque no de reposo . Podemos decir que la situación era la misma de la mañana , pero bien podemos decir todo lo contrario , porque ese estado de suspensión no era nervioso . Su cabeza casi saboreaba como un manjar el encuentro con la almohada . Sí , estaba nadando . Y era agua , pero para nada potable . No era agua de río ni de mar . Era todas las aguas y ninguna . Estaba completamente putrefacta . Repleta de basura , de sobras , de desperdicios humanos y de los otros . Finalmente había sucedido , el caño de desagote del mundo se había tapado . Reventó , simplemente ya no lo soportó . Inexplicablemente su cuerpo se había adaptado , en parte , a la sumersión . Nadaba durante horas bajo las aguas de este mar convertido en podredumbres , pero su cuerpo no se había acostumbrado al asco . Si no vomitaba era simplemente porque para eso debía abrir la boca y lo que podía penetrar en su cuerpo era aún más desagradable . No estaba sola , estaba acompañada , pero de anónimos . Los nados la llevaban de barranco en barranco ; se sostenía unos minutos de sus rocas y una nueva inmersión en busca de una isla , de un descanso . La situación era desesperante . Nadaba ya por el sólo hecho de nadar , quedarse quieta era morir , pero no se podía decir que aquello era vivir . Tal vez un día , o tal vez meses pasaron porque , cuando al fin encontró la isla , la recibieron con lágrimas en los ojos . La creían perdida . Estaban los afectos y otros desconocidos . El espacio era pequeño , cientos o miles de personas pululaban en una playa de aguas un poco más limpias . Casi no flotaba basura allí , aunque no se podía decir que era como el agua que alguna vez , tiempo atrás , conoció . El fondo de aquello que podemos llamar isla era de rejas de hierro . Tras las rejas se podían ver los restos de lo que antes llamaba mundo , el mar podrido lo tapaba casi todo , sólo alguna que otra estructura flotaba lentamente , sin dirección .
El descanso no era prometedor , había hecho apenas una parte del viaje . Miró a sus padres y preguntó qué había tras el horizonte . No obtuvo respuestas . Preguntó si alguna vez el mundo volvería a ser lo que alguna vez fue . No obtuvo respuestas . —¿ Estuvo lloviendo desde que están acá ? — Poco . Indudablemente , aún no estaba en casa . ¿ Podría el agua volver a ser cristalina ?
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