El Color 1 | Page 27

que nos rodean en el campo de la publicidad, pues es necesario dar credibilidad a la mayoría de los productos que se anuncian. En el color saturado su valor se hace más denso, destaca por su pureza y su luminosidad. Los colores primarios, magenta, cian y amarillo se muestran como el límite de los colores saturados luego son considerados colores puros. Pues bien, los efectos que se quiere destacar a través del color saturado es aproximarse a estos colores primarios. Se producen colores exaltados que logran llamar la atención ante la multitud de anuncios publicitarios, de este modo se crea una competitividad de imágenes a nuestro alrededor que desean captar la atención del consumidor. Su exageración es lo que seduce a la mirada precisamente porque esos colores son los que menos existen en la naturaleza en general en la cual dominan más los colores terciarios. También es común ver esta saturación del color en el cine (Amelie), la fotografía artística (Sara Moon), en ilustraciones, la televisión, que resaltan por crear imágenes cromáticas alteradas del mundo. El color saturado afectará psicológicamente más a la psique humana que el icónico ya que es capaz de transmitir más información agregada a la imagen, pues no podemos olvidar que los colores son transmisores directos de sensaciones relacionadas con los estados anímicos como la alegría o la tristeza. Analizar al color por sus efectos psicológicos supone definir al color por sus valores connotativos, al igual que si lo apreciamos en su dimensión estética y simbólica. Veamos ahora los efectos de los colores del círculo cromático en distintos medios de comunicación gráfica y visual: El blanco y el negro son los extremos de las gamas de los grises, por lo que su valor se considera neutro. Joan Acosta define al blanco es el fondo universal de la comunicación gráfica. Se trata de un color que tiende a expandirse, al contrario que el negro que tiende a retraerse o empequeñecerse ante la presencia del blanco. Hay un efecto óptico que consiste en situar un círculo blanco de cartulina sobre un espacio negro, al contemplar la imagen desde una distancia un poco alejada comprobaremos como el blanco muestra un halo de luz a su alrededor, como si desease expandirse y comerle terreno al negro. La sensación que transmite el blanco es de infinito, vacío y pureza. El gris es el centro de todo, decía Paul Klee. Su posición en la escala de valores cromática que va desde el negro al blanco le sitúa como un color pasivo que necesita vibrar, por ello suelen funcionar cerca colores brillantes como el naranja o el amarillo. Estos dos colores neutros son según la síntesis aditiva, la luz y la oscuridad, pues en la realidad física no se consideran colores, pues no están presentes en el espectro luminoso. El lenguaje en blanco y negro tiende a mostrar un universo más austero, íntimo y abrumador que el color. Es la combinación ideal para la creación de ambientes contrastados, teatrales donde la sombra cobra un