que nos rodean en el campo de la publicidad, pues es
necesario dar credibilidad a la mayoría de los productos
que se anuncian.
En el color saturado su valor se hace más denso, destaca
por su pureza y su luminosidad. Los colores primarios,
magenta, cian y amarillo se muestran como el límite de
los colores saturados luego son considerados colores
puros. Pues bien, los efectos que se quiere destacar
a través del color saturado es aproximarse a estos
colores primarios. Se producen colores exaltados que
logran llamar la atención ante la multitud de anuncios
publicitarios, de este modo se crea una competitividad
de imágenes a nuestro alrededor que desean captar
la atención del consumidor. Su exageración es lo que
seduce a la mirada precisamente porque esos colores
son los que menos existen en la naturaleza en general en
la cual dominan más los colores terciarios.
También es común ver esta saturación del color en
el cine (Amelie), la fotografía artística (Sara Moon),
en ilustraciones, la televisión, que resaltan por crear
imágenes cromáticas alteradas del mundo.
El color saturado afectará psicológicamente más a
la psique humana que el icónico ya que es capaz de
transmitir más información agregada a la imagen, pues
no podemos olvidar que los colores son transmisores
directos de sensaciones relacionadas con los estados
anímicos como la alegría o la tristeza.
Analizar al color por sus efectos psicológicos supone
definir al color por sus valores connotativos, al igual que
si lo apreciamos en su dimensión estética y simbólica.
Veamos ahora los efectos de los colores del círculo
cromático en distintos medios de comunicación gráfica
y visual:
El blanco y el negro son los extremos de las gamas
de los grises, por lo que su valor se considera neutro.
Joan Acosta define al blanco es el fondo universal de la
comunicación gráfica. Se trata de un color que tiende a
expandirse, al contrario que el negro que tiende a retraerse
o empequeñecerse ante la presencia del blanco. Hay un
efecto óptico que consiste en situar un círculo blanco de
cartulina sobre un espacio negro, al contemplar la imagen
desde una distancia un poco alejada comprobaremos
como el blanco muestra un halo de luz a su alrededor,
como si desease expandirse y comerle terreno al negro.
La sensación que transmite el blanco es de infinito, vacío
y pureza.
El gris es el centro de todo, decía Paul Klee. Su posición
en la escala de valores cromática que va desde el negro
al blanco le sitúa como un color pasivo que necesita
vibrar, por ello suelen funcionar cerca colores brillantes
como el naranja o el amarillo.
Estos dos colores neutros son según la síntesis aditiva,
la luz y la oscuridad, pues en la realidad física no se
consideran colores, pues no están presentes en el
espectro luminoso.
El lenguaje en blanco y negro tiende a mostrar un
universo más austero, íntimo y abrumador que el color.
Es la combinación ideal para la creación de ambientes
contrastados, teatrales donde la sombra cobra un