EL CAPITAL periodico final corregido | Page 12

12 DEPORTES Lewis Hamilton y Nico Rosberg, pilotos de la escudería Mercedes. el mejor e quip o de la F1 47 de las últimas 55 ca- rreras de la Fórmula 1, que abarcan dos campeonatos y lo que va corrido del 2016, al cual le quedan apenas dos encuentros con las pis- tas de Brasil –hoy– y Abu Dhabi, han sido ganadas por el equipo Mercedes Benz. Esta racha aplastante le ha significado dos títulos del mundo al inglés Lewis Hamilton, quien aún tiene la posibilidad de ganarle la corona del presente a su compañero de equipo, el alemán Nico Rosberg. No obstante esa seguidilla, la F1 es cíclica. Se recuerdan los años hegemónicos de Ferrari y Michel Schuma- cher; enseguida, los cuatro mundiales consecutivos de Sebastián Vettel al man- do de los Red Bull, y ya está asegurada la tripleta de Mercedes. Cuando un equipo entra en racha, los resultados tardan mucho en dar la vuelta. Sin embargo, hoy se originan en los ca- rros alemanes –al tiempo con los nuevos reglamentos técnicos de los F1–, los cua- les introdujeron, a partir del 2014, ya no un motor sino una compleja unidad de po- tencia que suma los alientos Durante la carrera. de una prodigiosa máquina tradicional de apenas 4 pis- tones colocados en V que desplazan 1.600 c. c., como el tamaño de la máquina de un pequeño carro familiar. Pero para estar a tono con los movimientos de los motores limpios, los F1 alcanzan cerca de 1.000 ca- ballos, gracias a la suma de la recuperación de energía del frenado que llena unas baterías, las que a su vez hacen caminar una unidad eléctrica que se suma a la de gasolina. Y también par- te del calor que pasa por la zona del turbo y se reutiliza para mantener el compre- sor cargado. En la F1 solo hay cuatro proveedores de motores. Mercedes. que surte a sus propios carros y a los Force India, Manor y Williams. Ferrari. que le da potencia a los Sauber, los Toro Rosso (segunda escudería de Red Bull), al nuevo equipo Haas de EE. UU. y a sus clásicos bólidos rojos. Renault pone la mecánica en los Red Bull (los que llama Tag Heuer), con los cuales ganó cuatro mundiales, y en los carros de su propio establo de po- bre figuración. Finalmente, Honda, el gurú de los moto- res, no ha logrado descifrar los intríngulis de esta nueva tecnología, y los McLaren ahora viajan en la parte me- dia del pelotón, aunque a su volante están dos excam- peones del mundo, Jenson Button y Fernando Alonso. El ocaso de Red Bull en los dos últimos años, acha- cado en una enorme dosis a la corta musculatura de los motores Renault, y el perezoso caminar de los McLaren con los propul- sores japoneses ilustran fácilmente la situación: en el muy complejo e inédito desarrollo de esas unidades motrices, Mercedes encon- tró las mejores soluciones. Pero, de todas maneras, la diferencia es menor con los Renault, cuyos ingenieros callaron un poco la sober- bia y suficiencia cuando interpretaron las nuevas reglas, pensando que se- rían los mismos genios de los motores atmosféricos. En cambio, Ferrari, además de que también acusa su egocéntrica posición de ser los “mejores motoristas del mundo”, ha venido pasando por una crisis institucional y técnica que se asemeja al confuso nudo de un plato de espagueti. Pasan directores técni- cos, pasan comandantes de la operación deportiva, se van ingenieros, hacen as- censos con sabor digestivo en los departamentos de aerodinámica y hasta dos grandes cabezas se fueron en la caída gradual: la de su legendario presidente Luca di Montezemolo y la de Fer- nando Alonso. Conclusión: Mercedes domina porque provee las mejores soluciones y pensa- mientos técnicos de la parte motriz, tiene una aerodiná- mica decente –que muchos consideran inferior a la de los gurús de las aletas que residen en Red Bull– y em- plea a los dos mejores pilo- tos del momento, en las ma- nos de Hamilton y Rosberg. Pero no en todo gana Mer- cedes, aunque arrasa con los premios y patrocinios. Sus 815 empleados y la ope- ración global del equipo le cuestan más de 500 millo- nes de dólares, que, cruza- dos con los ingresos, dejan una pérdida (en 2015) de 30 millones de dólares. Que cruzada con el valor estima- do de la publicidad que sig- nifican sus triunfos, estima- da en unos 3.000 millones de dólares, es gran negocio, aunque no necesiten esa ex- posición para vender más carros de calle. El triunfo de los Spurs les permitió romper un racha de tres derrotas consecuti- vas en su campo de AT&T Center, donde la pasada temporada del 2014. James durante p