ORGASMO
Hay momentos, contados momentos, muy espaciados entre sí, en que el ego algunas veces desaparece porque os encontráis en una embriaguez total. En el amor a veces sucede; en ocasiones también en el orgasmo.
En el orgasmo profundo vuestra historia desaparece, vuestro pasado no deja de retroceder, hasta que al final desaparece. En el orgasmo no tenéis ninguna historia, ningún pasado, no tenéis mente ni autobiografía. Estáis absolutamente aquí, ahora. No sabéis quiénes sois, carecéis de identidad. En ese momento el ego no funciona, y de ahí el júbilo del orgasmo, su refrescante cualidad, lo rejuvenecedor que es. Por eso os deja tan silenciosos, tan tranquilos, tan relajados y satisfechos. Pero una vez más irrumpe el ego, entra el pasado para arraigarse en el presente. De nuevo la historia empieza a funcionar y vosotros dejáis de funcionar. El ego es vuestra historia, no es una realidad. Y es vuestro enemigo.