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Ciudad de México / Mayo 31, 2020.
#Opinión
Sentimientos
Nissim Mansur T.
[email protected]
“El sentimiento, el cual por naturaleza
misma es ciego, y es ciego no
por enfermedad o accidente, sino de
nacimiento”.
“La alegría o la tristeza, el entusiasmo
o la angustia, el amor o el
odio son ciegos porque no tienen
ojos, como no los tienen ni la piedra
ni la planta”.
La afirmación anterior la leí en
un texto de filosofía. Y después de
pensar en ello entendí que está bien.
Los sentimientos son motores de
fuerza en la vida del ser humano.
El sentimiento que me motiva
La época de confinamiento ha permitido
ir conociendo, en cierta
medida, la perspectiva que toman
tanto la forma como el fondo a la hora
de examinar un tema, trátese de lo que
se trate; al parecer, lo ideal sería lograr la
convivencia de ambas, si bien cada una
de ellas tiene su propio peso y goza de la
preferencia de algunos.
El mundo de las formas parece más
fácil porque uno se queda en la superficie,
que es muy relevante cuando se eliminan
o restan intenciones de ir al fondo;
y hoy, ante la pandemia, fondo
y forma cobran una importancia
trascendental, sobre todo porque
hay una gran incertidumbre y los
problemas requieren un análisis
profundo.
Quizá por ello me interesó una
presentación realizada por funcionarios
de la Comisión Nacional
de Seguros y Fianzas (CNSF)
dentro del programa Beyond, que
ha estado llevando a cabo El Asegurador,
acompañada de preguntas
y respuestas. Se trató de una
presentación que deja ver formas
y observar algunas cosas de fondo.
El presidente de la CNSF habló
de un sector asegurador “fuerte”
con base en números al 31 de diciembre
de 2019, e incluso al 31 de
marzo de 2020, etapa esta última
que registró algunos efectos de la
pandemia pero que dejó ver una
industria solvente, sin duda con
empresas cuya situación particular
no había cambiado por este fenómeno.
Durante la presentación, el presidente
del organismo, Ricardo Ochoa
Rodríguez, habló de temas relevantes
considerados dentro de la dependencia;
temas acerca de los cuales continuará
trabajando, pero sin las prisas que algunos
quisieran, en la medida en que, dijo,
hoy lo central es lograr la continuidad
operativa de los actores de la industria.
¿Qué lecciones se han aprendido hasta
ahora de la pandemia? Anotamos con
puntualidad lo que Ochoa Rodríguez
compartió:
El sector asegurador ha mostrado
con Genuario Rojas
Entre el fondo
y la forma
#DesarolloHumano
hacia mi trabajo y quehacer diario
necesario.
El amor a la compañera de mi
vida.
El sentimiento de cariño sin medida
hacia mis hijas.
Deseo de superación personal.
Consideración a los seres más débiles.
Mi sentimiento de fe en El Supremo
Ser.
Al estar escribiendo, me doy
cuenta de que es el sentimiento el
que despierta a la motivación, lo que
finalmente nos mueve.
resiliencia apoyado en un marco
regulatorio y de supervisión sólido.
La tecnología en el sector ha hecho
posible la continuidad operativa.
Debido a esto, se debe impulsar más
el uso de nuevas tecnologías en los
seguros (Insurtech).
Los modelos de riesgo de pandemia
existentes se centran en los volúmenes
de infección y la mortalidad, no
en las pérdidas por interrupción del
negocio, la cual es hoy la exposición
clave.
La administración de este riesgo
tiene los siguientes agravantes:
Conocimiento limitado del riesgo
de pandemia.
Exposiciones correlacionadas entre
países y mercados.
La relevancia de contar con buena
regulación que involucre la mayor
cantidad de riesgos y escenarios.
La importancia de mantener un
sector adecuadamente capitalizado.
También citó repercusiones puntuales:
El cierre de economías de varios
países deteriora las variables económicas;
el FMI estima una reducción
del PIB global de 3.9 por ciento
durante 2020.
La CNSF estima que el impacto negativo
actual de la economía implicará
una caída en la colocación de primas
en los siguientes seis a nueve meses.
Aumento de la siniestralidad y monto
de las reclamaciones en los ramos
de Vida, Gastos Médicos y Salud.
En la operación de Daños se espera
una caída en la siniestralidad y la
emisión debido a su relación con la
actividad económica.
El sector de fianzas tendrá una
caída en la colocación y un aumento
en las fianzas ejercidas.
Las aseguradoras pequeñas pueden
enfrentar problemas de
requerimientos de capital adicionales.
Cancelaciones, retiros y rescates
de seguros de Vida con Componente
de Ahorro.
Aumento en el costo del reaseguro
global.
Alta volatilidad en los mercados
financieros.
Aumento del desempleo, lo que
impactará en los seguros de saldo
deudor (hipotecarios y tarjetas
de crédito).
Las conclusiones no podrían faltar:
Se necesita la cooperación de los
sectores público y privado en el sector
asegurador y afianzador para afrontar
la naturaleza de los riesgos no esperados
derivados de la pandemia.
El sector debe generar alternativas
de cobertura a la población.
Se refuerza la importancia de un
sector bien regulado y bien supervisado.
El modelo de Solvencia II ha
contribuido a la resiliencia del sector.
En adelante, habrá que poner un mayor
énfasis en los pilares II (Gobierno
Corporativo) y III (disciplina de mercado)
de este modelo.
Por ahora, la solvencia del sector
dejó en claro que no se necesita un
cambio radical en la regulación, aunque
sí flexibilizar algunos procesos.
La tecnología demostró que ha hecho
más resiliente al sector; hacia el
futuro habrá que darle mayor impulso.
¿Podemos quedarnos solo en la forma,
o hemos de profundizar yendo al
fondo leyendo entre líneas?
Parece natural que muchos nos inclinemos
a ver las soluciones prácticas
inmediatas, porque buscamos más sentirnos
seguros que Vivir Seguros. Cosas
de forma y de fondo, en conclusión.
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