El Asegurador Mayo 31, 2020. | Page 29

Ciudad de México / Mayo 31, 2020. 29 ¿Lo puede usted creer? (Colaboración ecléctica) #Opinión a riesgo propio Bernardo Olvera Bolio FONACOT ASEGURA. Sí, el Infonacot sigue otorgando servicios que corresponden a las compañías de seguros. Ofrece seguros a deudores que contratan deuda con ese instituto. Lo que llama la atención, como ya se dijo aquí hace meses, es que, con toda libertad y sin la férrea supervisión que padecen las aseguradoras por parte de la autoridad, opere sin reservas técnicas; en el mejor de los casos, tienen un fondo para ello. La duda es si el fondo es suficiente. DESDE MÁS O MENOS 1845, las incipientes reglamentaciones respecto de seguros buscaban insistentemente que las aseguradoras demostraran que tendrían capacidad para hacer frente a los siniestros que se les presentaran, esto es, sus obligaciones contractuales. A la fecha, en todo el mundo los esquemas de solvencia se le exigen a toda aseguradora; al instituto no. Lo peor es que tanto la autoridad como el propio sector ven esto con aparente beneplácito. ¿Lo puede usted creer? EL SECTOR ASEGURADOR quiso quedar bien, y quedó mal. Resulta que, en una mañanera hacia mediados de mayo el sector fue a decir que regalaba un seguro a los médicos, enfermeras, afanadoras y demás personal que trabajara directamente en hospitales especializados en COVID-19. Ese seguro paga 50,000 pesos en caso de fallecimiento a quien demuestre con múltiples documentos que estaba inmerso en el tratamiento de gente que padecía COVID-19. La cobertura entró en vigor el 1 de abril de 2020. EL PRIMER DESCALABRO FUE que la noticia decía: “El Gobierno federal otorga un seguro a los médicos que trabajan en casos de COVID-19”. Claro descalabro, pues lo que quedó en los registros no fue el sector, sino el Gobierno. El segundo descalabro fue que, en posterior reunión, diferentes actores del sector salud consideraron que éste era un seguro que discriminaba a todos los demás trabajadores de las distintas unidades, se dedicaran o no a COVID-19, así como al personal administrativo, y que entonces debería ser incluyente; y además tendría que entrar en vigor a partir del 28 de marzo… Tundidos, pues. Lo más interesante es que, si eso de verdad es un seguro, nació con vigencia retroactiva, lo que es perfectamente inapropiado en seguros, ya que asume inmediatamente el pago de siniestros que ocurrieron fuera de cobertura, esto es, pagos ex gratia o, lo que es lo mismo, una dádiva. ¿Lo puede usted creer? SE HA DICHO QUE LAS DESGRA- CIAS son, en cierto modo, favorables al seguro, ya que, cuando se presentan, provocan un estado de conciencia sobre sus efectos y en consecuencia la gente acude a protegerse mediante alguna póliza. Ha sucedido esto sobre todo cuando se presentan terremotos, inundaciones y fenómenos parecidos. Ahora con esta pandemia se podría esperar una reacción semejante. Y en realidad existe, pero no de las dimensiones que la lógica supondría. Se está enfrentando un problema de particulares características con dos ángulos que en algún sentido se oponen. Me refiero a dos miedos poderosos: uno es el miedo a la muerte y sus consecuencias económicas para los que sobreviven, y el otro es el miedo a contratar un seguro y luego sobrevivir sin dinero. ¿Lo puede usted creer? el hábitat del asegurador Martín Maltese El pacto federal se está empezando a resquebrajar Perú: la COVID-19 y su repercusión en las pymes Al día de hoy, la propagación de la COVID-19 en Perú ha evidenciado la fragilidad de varios sectores, como salud, educación, transporte, trabajo y economía, entre otros, dejando al descubierto las carencias e ineficiencias del Estado peruano. Del mismo modo, las consecuencias económicas UN TEMA COMPLEJO ES EL RE- GRESO. Se ha dicho que hay una “nueva normalidad” (por cierto, la palabra norma ya perdió todo su significado científico y estadístico, y ahora éste es más político y moralizante). Si es nueva, entonces no hay regreso; en todo caso hay ingreso; la vamos a estrenar, pues. El asunto es caótico. No deseo tomar partido por quien tenga o no la razón, pero lo primero es tratar de saber quién tiene la información. LOS LÓPEZ-GATE- LISTAS DICEN que la verdad está en las conferencias vespertinas; otros dicen que está en los reportes de cada gobierno estatal… ¿Dónde están los datos verdaderos? Supóngase ahora que esa discusión no fuese importante; lo importante es tomar las medidas que dicte el Gobierno… Pero ¿quién es el Gobierno al que hay que hacer caso?: ¿López? ¿El matutino o el vespertino? ¿El gobernador de Jalisco? ¿O de Guerrero, Tamaulipas, Morelos o Zacatecas? ¿El titular de Turismo? ¿O es Claudia?... Cada “gobierno” tiene su visión, sufridas por este país hasta el momento son peores que las que se padecieron a escala mundial en los años 2008 y 2009, y en Perú desde el año 1998. En Perú es alarmante el bajo grado de control y la ínfima capacidad que tiene el sistema de salud frente a la gran demanda por parte de los infectados en todo el territorio nacional, lo que ha dado como resultado un número muy grande de fallecidos. A esta situación de desconcierto e incertidumbre causada por la cuarentena que se ha vivido se suma la informalidad laboral, que hasta hace algunos meses era aceptada y reconocida para desahogar algunas actividades del quehacer diario del país. En el tema laboral, el empleo se contrajo en todas las ramas de la actividad económica, y el resultado a la fecha es que más de 1.2 millones de personas, solo en Lima, han perdido su empleo entre febrero y abril. Los más afectados son los jóvenes menores de 24 años. La informalidad laboral es un fenómeno que ocurre en empresas medianas, pequeñas y microempresas. Se entiende como informalidad la práctica de contratar a personas que laboran sin beneficios en unidades de producción no reconocidas ni registradas. Y aquí no estamos contando a los 7 millones de independientes informales. A lo antes indicado debemos agregar que más de 90 por ciento de las unidades empresariales en Perú son pymes. Por el hecho de ser pymes, estas empresas no cuentan con una gestión de riesgos, y mucho menos con un plan de continui- sus razones y sus realidades diferentes. En principio, el 13 de mayo pasado los dos López, el matutino y el vespertino, afirmaron que cada estado tomaría sus medidas al ritmo requerido por sus distintas realidades. ESTAS AFIRMACIONES SE BA- SAN, como es correcto, en la soberanía e independencia de cada estado del país. El pacto federal es un acuerdo de voluntades, pero sin perder la autonomía de cada entidad federativa. Pero resulta que hace unos días otro “gobierno”, el gobierno del interior, salió de una aletargada ausencia para exigirles a los estados que solo habrá un semáforo: el federal. La locura y la esquizofrenia para la población. ¿A quién carajo se le debe hacer caso? ¿Quién manda? La consecuencia de esa demencia oficial deriva en algo tan claro como que la razón se debe imponer: cada estado seguirá, a su ritmo, el establecimiento de los semáforos que a su población convenga, haciendo a un lado, por lo menos en esto, el susodicho pacto federal. Y por el mismo tenor anda el tema de la cuestión fiscal: el pacto federal se está empezando a resquebrajar, lo que dará paso o a un nuevo pacto federal acotado o a una “nueva normalidad”. ¿Lo puede usted creer? #Opinión #Seguros dad de negocio que logre contener el daño que una pandemia pueda ocasionar. Algunos sectores se ven hoy más afectados que otros, y esto está en función del grado de dependencia respecto a los suministros importados de Asia. Otro factor importante que se debe considerar es que más de 80 por ciento de las pymes en Perú son informales, lo cual les impide incorporar las buenas prácticas del mercado, ya sea por costos o desconocimiento. Luego de que pase esa situación, el Gobierno tendrá que hacer lo posible para formalizar a dichas empresas; también será tarea de todos los que estamos inmersos en el mundo de los riesgos hacer entender a dichas empresas los beneficios de realizar una gestión de riesgos, lo cual les permitirá: • Identificar, analizar cualitativamente y priorizar sus principales riesgos. • Autoevaluar cualitativamente sus controles. • Hacer un benchmarking (comparativa de mercado) de la gestión frente a la competencia. • Elaborar un plan de acción general para la mejora continua. • Validar la mejor opción de seguro para diferentes riesgos. Y deberemos difundir también los beneficios de elaborar un plan de continuidad de negocio: • Limitar los efectos adversos y la disrupción a niveles aceptables. • Priorizar funciones de su negocio e identificar los procesos críticos. • Anteponer acciones, servicios, productos, informaciones, regiones y clientes.