consiste en conservar a sus asegurados y
vender coberturas a una nueva masa de
clientes.
El nombre del nuevo juego en seguros
es conservar. La marcada contracción
que sufrirá el Producto Interno Bruto de
América Latina obliga a la industria a
edificar sus estrategias con base en este
factor; sin embargo, las instituciones
no deben perder de vista que la mejor
metodología para generar fidelidad en los
asegurados es la calidad en el servicio que
se les brinde.
EAM: El reaseguro siempre ha sido un aliado
de negocios de las instituciones de seguros,
ya que brinda una perspectiva muy amplia
y global, sin perder de vista que ofrece
una fortaleza financiera muy sólida para
los competidores. En tal sentido, ¿cómo
puede ayudar este actor al sector seguros a
avanzar con rapidez y determinación frente
al enrarecido clima que actualmente acusa la
economía y los negocios?
LEB: Los reaseguradores tradicionales
seguirán teniendo una concentración
predominante, puesto que, en momentos
de recesión y volatilidad financiera, como
los que vienen, las instituciones lo que
menos desean es inyectarles incertidumbre
a sus coberturas, contratos y negocios
facultativos.
En este contexto, las aseguradoras
elegirán a reaseguradores que
tradicionalmente han mostrado músculo
cuando se los ha necesitado.
Transitamos una coyuntura muy
exigente desde el punto de vista de la
rentabilidad en la que posiblemente hasta
los competidores más fuertes podrían
necesitar apoyo en materia de solvencia,
recursos y hasta asesoría.
Los aseguradores no deben obviar que
será más fácil, por ejemplo, implementar
plataformas digitales de suscripción
si cuentan con el apoyo de un buen
reasegurador, que seguramente podría
tener una experiencia más amplia y
mucha habilidad debido a su presencia en
mercados mucho más desarrollados que los
de América Latina.
EAM: ¿Cómo podría ayudar Fides a que la
brecha de aseguramiento se reduzca en una
región tan desigual como América Latina, de
tal suerte que la sociedad aumente su nivel
de educación financiera y por ello sea mucho
más resiliente?
LEB: Se debe continuar con las
campañas educativas que incentiven la
inclusión financiera. Se trata, en suma, de
la única vía posible para reducir la brecha
de aseguramiento en la región; por lo
tanto, tiene que ser una estrategia integral
de los países que apunte a promover
el uso del seguro en todas las capas
poblacionales, sin distinción.
Recordemos que iniciativas como
los microseguros no rindieron frutos
en ninguno de los mercados de
Latinoamérica; entonces habría que
desechar esta práctica y más bien hacer
énfasis en las coberturas inclusivas. Ante
ello, la bancaseguros puede ser un gran
habilitador para que se dinamicen este
tipo de instrumentos.
En conclusión, y como resultado de la
irrupción de la COVID-19, la población
en América Latina asumió la educación
financiera y la bancarización de forma
básicamente obligada; sin embargo, es
un fenómeno que se ha cristalizado a
una velocidad que difícilmente se habría
conseguido sin la irrupción del evento
pandémico, por lo que este cambio
repentino y tan favorable podría ser un
elemento que ayude al seguro a mejorar
su posición de una forma más dinámica,
porque la sociedad está más abierta a
probar y consumir nuevas cosas, sobre
todo aquellas que le permitan estabilizarse
desde el punto de vista patrimonial.
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EL ASEGURADOR® MAGAZINE