miembros de dichas instituciones,
ya que, más allá de superar la
actual adversidad producida por la
COVID-19, la gestión integral de
riesgos es una prioridad.
“El primer paso que deben dar
todos los miembros del amplio
armazón del sector asegurador para
sortear con éxito la crisis que generó
la COVID-19 consiste en entender
que tienen que contar con una serie
de protocolos y mecanismos que les
permitan abrazar la continuidad
de negocio como una nueva visión
empresarial, visto que los riesgos
emergentes, como las pandemias,
dejaron de ser una posibilidad lejana
y se convirtieron en una realidad.
En concreto, es trascendental
que la administración integral de
riesgos forme parte del DNA de
las organizaciones, sin importar
su tamaño o actividad comercial”,
explica el director general de RISK
México.
Y es que la administración
integral de riesgos ha sido durante
años un concepto que desde el seno
de las compañías de seguros se ha
tratado de impulsar y promover en
todas las esferas de la sociedad; no
obstante, la propagación del SARS-
CoV-2 rompió el dinamismo, para
muchos de por sí ya lento, que se le
empezaba a imprimir a la difusión
de dicha estrategia de protección.
Así, la pandemia produjo que
esta metodología se convirtiera
en el prólogo obligatorio para que
gobiernos, empresas y personas se
suban con éxito al tren denominado
la nueva normalidad.
“Es una obligación contar con
planes de continuidad de negocio
que tengan como eje medular la
gestión de riesgos. No hacerlo
colocaría a cualquier organización
en una posición vulnerable, sobre
todo porque la COVID-19 reveló que
las amenazas emergentes llegaron
para quedarse y, peor aún, antes
de lo estimado; entonces realmente
debemos trabajar para que desde
la trinchera del sector asegurador
se pueda conseguir que la cultura
preventiva permee toda la sociedad,
ya que no debemos olvidar que la
pandemia aún golpea severamente
algunos rincones de América Latina.
Por ello, no contar con los protocolos
necesarios para mitigar sus efectos
generaría un daño económico y
social mucho mayor del que se había
pronosticado”, sostiene Escalera
Alcázar.
companies, since, besides overcoming
the current adversity caused by
COVID-19, comprehensive risk
management is a priority.
“The first step to be undertaken
by all members of the broad
framework of the insurance industry
to successfully overcome the
crisis that COVID-19 caused is to
understand that they must have a
series of protocols and mechanisms
allowing them to embrace business
continuity as a new business vision,
given that emerging risks such as
pandemics ceased to be a distant
possibility and became a reality.
It is particularly essential that
comprehensive risk management
is part of organizations’ DNA,
regardless of their size or business
activity,” said the CEO of RISK
Mexico.
For years, the comprehensive risk
management has been a concept
that insurance companies have
tried to encourage and promote in
every sphere of society; however,
the spread of SARS-CoV-2 stopped
the momentum, for many already
slow, which was beginning to prompt
the spread of such protection
strategy. Thus, the pandemic caused
this methodology to become the
obligatory prologue for governments,
companies, and individuals to
successfully board the new normal
ship.
“It is mandatory to have
business continuity plans with
risk management as the backbone.
Failure to do so would place any
organization in a vulnerable position,
especially since COVID-19 revealed
that emerging threats are here to
stay and, worse, their appearance
was earlier than expected. Therefore,
we must work hard so that, from
the trenches of the insurance sector,
the prevention culture permeates
the entire society, keeping in mind
that the pandemic still affects
some corners of Latin America.
Consequently, failing to have the
necessary protocols to mitigate
its effects would generate a much
greater economic and social damage
than the one predicted,” says
Escalera Alcázar.
NÚMERO 2 - JULIO-SEPTIEMBRE 2020 15