El Asegurador Junio 15, 2020. | Page 22

22 Ciudad de México / Junio 15, 2020. #Opinión #Seguros La sobada frase de que tuvo que ser una pandemia lo que finalmente nos despertara no parece desatinada. Sin el freno que se impuso por medio del confinamiento, muchos permaneceríamos aletargados, y me incluyo entre ellos. Curioso, diría yo, que la enfermedad COVID-19 haya encerrado en casa a millones de personas, que se preocupaban por no contagiarse, por no enfermar, como si el cuerpo hubiera sido para la mayoría una preocupación consciente antes de que el coronavirus hiciera presencia. Resulta comprensible que, al tener que permanecer en casa, durante los primeros días las reacciones fueran divergentes, pues no pocos recordarán que hasta nos recomendábamos series, películas y toda una variedad de entretenimientos, casi como si fueran vacaciones. Luego, sin embargo, más para unos que para otros, las cosas comenzaron a dificultarse. La economía comenzó a ser un factor crítico en la vida de muchas personas, de muchas familias. El ambiente empezó a enrarecerse, sobre todo por la falta de certidumbre. Al temor de ser contagiados se agregó la preocupación de no tener recursos suficientes para hacer frente a las necesidades básicas. La desinformación comenzó a hacer estragos también. La polarización inducida por discursos con mensajes cuestionables continuó, continúa. En ese contexto, como quiera que sea, cada cual comenzó a responder a la situación de manera distinta. Esa respuesta es producto de varias situaciones, pero sin duda, como dice Luis Rojas, un Realidades Nissim Mansur T. [email protected] La realidad es que el mundo de hoy está totalmente comunicado. Por lo mismo, la epidemia de COVID-19 se pudo propagar por todo el planeta. Realidad es que la enfermedad que hoy azota a todo el mundo hiere más a los países pobres por su falta de recursos para enfrentarla. Realidad es que los pronósticos para conocer cuándo terminará el padecimiento son muy relativos e inexactos. Realidad es que hoy ya se tiene que salir a trabajar y producir, a pesar de la epidemia, porque hoy es necesario; y mañana será más necesario. Realidad es que hoy los enfermos de CO- VID-19 se curan en un 90 por ciento. A mediano plazo, a partir de hoy, se esperan resultados alentadores. Y no hay más alternativas. con Genuario Rojas ¿Cómo cuidas a quien más le hablas? psiquiatra español, tiene que ver con lo que cada quien se está diciendo acerca de la pandemia. Desde una perspectiva simple (y hasta simplona) de la comunicación, ésta se trata de ese proceso a través del cual #DesarolloHumano alguien (emisor) le dice algo (mensaje) a otro (receptor) con algún signo (voz, letra…) valiéndose de un medio (escrito, digital…) y con algún motivo en mente (la intención que se persigue). Lo normal es entonces que, cuando uno se dirige a otros, siga ese proceso y lo haga con alguna intención, sea ésta consciente o inconsciente. De ahí que en medio de una experiencia como la que el mundo está viviendo haya respuestas de distinta índole al fenómeno. La incertidumbre es un factor que no es extraño en muchos sentidos. Tanto es así que un asunto como los seguros o las fianzas tienen un lugar para reducir efectos probables de un acontecimiento determinado. Pero tanto si una persona se siente optimista y esperanzada como si se siente afectada por la desesperanza y la ansiedad, ello es resultado de los mensajes que llegan hasta ella. Son tantos esos mensajes que muchas veces un individuo no logra interpretarlos a cabalidad. No obstante, señala el psiquiatra ¿Qué tanto hemos reído en estas semanas de confinamiento? mencionado, lo más relevante es lo que cada uno de nosotros se dice y el nivel de emocionalidad con que se expresan esos mensajes. Si nuestra mente toma el control, algo distinto sucederá, porque nos ayudará a cobrar conciencia de nuestras posibilidades. Cuidar nuestro cuerpo se volverá entonces algo congruente. Después de todo, esa parte material no es más que nuestro instrumento de aprendizaje, de ejecución. A veces, sin embargo, parece que el cuerpo manda, y que lo hace al grado de, por así decirlo, tomar la forma que quiere, por desgracia haciendo de este país un lugar lleno de obesos con enfermedades crónico-degenerativas. Rojas ha dicho en una conferencia que nadie más habla con cada uno de nosotros que nosotros mismos, y de ahí lo que nos digamos, algo que cobra importancia capital cuando compartimos la existencia con otros, en especial si esos otros son niños, a quienes les “hablamos” utilizando distintos códigos. En este proceso de comunicarnos con nosotros mismos habría necesidad de una mayor conciencia de lo que nos decimos y de cómo nos lo decimos. A veces parecería que las condiciones actuales solo nos conducen a “ser serios”, precisamente por el paradigma que nos hemos estado formando respecto de la pandemia. ¿Qué tanto hemos reído, por ejemplo, en estas semanas de confinamiento? ¿Cómo anda nuestro sentido del humor? Parecería hoy que muchos nos hemos acercado al dios en el que creemos como una respuesta al miedo más que a la confianza. Finitos, como somos, aunque no sabemos cuándo nos tocará marcharnos de aquí —de ahí el seguro de Vida—, a unos más que a otros les ha crecido el temor a morir, lo que fatalmente ocurrirá. ¿Qué tanto has reído en estos tiempos? Yo, después de escuchar al psiquiatra, caigo de nuevo en la cuenta de que soy un mal contador de chistes, pero muy bueno para celebrarlos con risas y carcajadas. Suelo reírme mucho de mí, de mis tonterías, incluso de mis desatinos. ¿Y si nos proponemos buscar mensajes que nos hagan reír, sean éstos chistes o anécdotas? Podemos reír a carcajadas sin dejar de cuidarnos, de verdad; y no solo ahora, sino siempre. Necesitamos estar y sentirnos bien mentalmente para cuando todos volvamos a las calles, a las oficinas, a las actividades que nos ocupan. PROPORCIONANDO SOLUCIONES A LA MEDIDA Administración de gastos médicos para el sector asegurador SOMOS ESPECIALISTAS EN CONTENCIÓN DE COSTOS