El Asegurador Julio 15, 2020. Julio 15, 2020. | Page 25
Ciudad de México / Julio 15, 2020. 21
LOS NÚMEROS CUENTAN
Antonio Contreras
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El gallo
(segunda parte)
Para plantear un problema económico podemos partir de cuatro preguntas:
¿qué producir? ¿Cuánto producir? ¿Cómo producir? ¿Para quién producir?
Si contestamos a las cuatro preguntas en el caso mexicano, es evidente el
fracaso del sistema capitalista en tres de ellas: qué, cuánto y para quién producir. El
cómo producir es eficaz: no se requiere una autoridad para determinar la manera en
que llega a manos de los mexicanos lo que demandan. Esta demanda, por supuesto,
entendida como deseo de comprar y solvencia pecuniaria para hacerlo.
Qué producir muestra con claridad lo explicado por Joseph Alois Schumpeter,
notable economista austriaco nacido en 1883: el capitalismo no llega a su decadencia
por un argumento marxista de lucha de clases, sino impulsado al barranco por su
propio éxito, al continuar compitiendo para subsistir hasta caer fulminado por el
impulso de marchar hacia adelante a pesar de estar al borde del abismo.
Qué mejor ejemplo de la rata de metal
y su COVID-19 que la industria aseguradora
de este año.
El coronavirus afecta a las personas
produciendo fiebre alta, tos seca y cansancio
extremo. Puede evolucionar rápidamente
y provocar dificultad para respirar,
dolor en el pecho y hasta pérdida
del habla y del movimiento.
A las economías, la COVID-19 les
está causando falta de ingresos para un
amplio sector de la población, el cual no
cuenta con el amparo de un contrato firmado
con una empresa ni la posibilidad
de trabajar en casa. Esta situación provoca
ya al sector asegurador, como primer
efecto, un incremento en la siniestralidad,
forzada una parte importante de la
población a buscar el sustento ilícitamente.
Como bien dice Cristino, un mesero a
tiempo parcial: “Qué bueno que me toca
un fin de semana sí y otro no. Mejor eso
que ir a robar”.
Vienen otros efectos, por supuesto.
Para la mayoría, un seguro es un bien que
se adquiere cuando las cosas marchan
mejor de lo previsto. Cuando el ingreso
es menor o no existe, la contratación de
coberturas lo resiente de inmediato. ¿En
qué orden? Autos, Gastos Médicos, Vida
y Daños.
El seguro de Auto es el de mayor demanda.
Sin embargo, es un seguro caro,
y se encarecerá más si la tendencia de
robos continúa. Cuanto más reciente
sea el modelo, menor será la cuota, pues
para el caso de autos viejos el factor de
reposición de piezas en daños parciales
encarece relativamente la cobertura. Una
cobertura puede llegar a costar 10 por
ciento del valor comercial del vehículo.
¿10,000 pesos para asegurar un auto de
100,000 en época de crisis? No. Sólo Daños
a Terceros, o de plano mucho cuidado
al manejar y una estampa de la Virgen
de Guadalupe.
Al perro flaco se le cargan más las pulgas,
y Gastos Médicos Mayores lo confirma.
Afectado directamente por los enfermos
de COVID-19, el producto sufrirá
también los efectos de la crisis económica.
El seguro es muy caro, se encarecerá
más, y menos personas lo comprarán.
Doña Teresa y su marido, don Pepe, han
contado con un seguro de hospitalización
durante varios años gracias a la voluntad
de pago de dos de sus tres hijos,
sobre todo Rosa, quien aporta casi la totalidad
de la prima. Sin embargo, la renovación
sale en 200,000 pesos. La opción,
dura pero necesaria, será mantener en la
póliza únicamente a don Pepe, quien ya
muestra de manera más evidente que su
esposa los estragos del extenso terreno
galopado. Con doña Teresa, bueno, pues
esperar lo mejor y medio prepararse para
lo peor.
Las aseguradoras continuarán luchando
por generar grandes números, con
todo en contra. Un producto dirigido a
la minoría que puede pagarlo y muchos
tiradores para atraer al pudiente.
El seguro de Vida, también afectado
por los decesos ocasionados por la CO-
VID-19, enfrenta una desviación catastrófica
a la mortalidad esperada. Con la
emisión patrocinada en gran medida por
empresas que incluyen un seguro de Vida
en los beneficios otorgados a sus empleados,
la prestación enfrenta momentos
difíciles ante la alta probabilidad de que
los empresarios la eliminen, puesto que
éstos no aguantan ya la disminución de
ventas ocasionada por el encierro obligado
de la contingencia sanitaria.
Y llegamos al patito feo del sector: el
seguro de Casa Habitación. No sé ni por
dónde empezar. Es un nicho de mercado
tan pequeño que o no sufre o sufre mucho
o se acaba. Habría que analizar el
caso de cada uno de los innovadores que
adquieren el seguro por convicción, destinando
alguna parte de su ingreso a la
compra de un seguro en el que poca gente
cree, sea por desconocimiento o por
esa engañosa sensación de que “no va a
pasar nada”. La excepción es, por supuesto,
quienes viven en zonas costeras, con
graves riesgos de daños por fenómenos
hidrometeorológicos, por alta sismicidad
o por las dos. La antiselección y la prohibición
de vender el seguro en las zonas
donde más se necesita vuelven a condenar
al seguro de nadie.
La aparición de la COVID-19 y sus
consecuencias económicas para la mayoría
de la población mexicana tendrán
repercusiones sobre la venta de seguros y
lamenta la pérdida de
#Opinión
la siniestralidad. En diferentes ocasiones
hemos compartido informes sobre la baja
penetración del seguro en México. La
AMIS siempre nos recuerda que la participación
de los seguros en el PIB es de un
sempiterno 2 por ciento. Si la previsión
de crecimiento del Producto Nacional es
de menos 10 por ciento, el descenso implica
la reducción en las primas. No quiere
decir esto que el seguro va a desaparecer;
pero, si continúa como un producto
dirigido únicamente a la minoría, que se
está haciendo más minoría, quedará condenado
a seguir luchando, como participante
en un mercado de “nicho”, y más
en Gastos Médicos que en Autos, para
conservar un volumen que le permita la
dispersión del riesgo, condición indispensable
de un negocio como el nuestro.
La competencia ha respetado a las aseguradoras
tradicionales. No me refiero
a compañías similares en el ámbito nacional
o internacional, sino a opciones
de indemnización económica diferentes
del seguro. Es cosa de ponerse las pilas
y tomar en cuenta de una vez por todas
al sector que no compra seguros o que
sólo adquiere el seguro obligado por las
condiciones de un crédito a corto plazo o
hipotecario. Ya retrocedimos ante el empuje
de los bancos, y podemos retroceder
nuevamente ante la competencia de productos
no tradicionales. Schumpeter dice
que esto no se detendrá hasta topar con
el abismo. No es bueno tentar a la suerte,
de la que hasta ahora hemos gozado.
Por otra parte, surgen oportunidades
derivadas de nuestras nuevas costumbres,
que, si bien puestas en práctica obligados
por las circunstancias, no son menos
atractivas. Muchos bienes ahora se
transportan a los hogares, donde muchas
personas han instalado su cuartel general
o su cuarto de máquinas o su cabina de
mando. ¿Está el seguro de Transportes
adaptado a estas nuevas condiciones?
Si un dron vuela hasta mi ventana
para entregar mi nueva laptop, y al momento
de tomarla del vehículo el equipo
se precipita 10 pisos hacia abajo dañando
la jardinera de mi vecino de planta baja,
¿el seguro cubrirá la pérdida total de mi
computadora y los daños causados a la
propiedad ajena?
La COVID-19 ha puesto al sector asegurador
en una situación difícil, sorteada
gracias al desarrollo tecnológico y humano
que lo caracteriza: el personal se ha
quedado responsablemente en casa y ha
podido continuar con sus actividades, incluso
de manera más productiva.
Nuevamente, enfrentamos la encrucijada:
refugiarnos en el camino conocido
de la atención especializada a los mismos
de siempre o adentrarnos en la incertidumbre
de una estrategia novedosa de
acercamiento al enorme mercado potencial
que hoy no atendemos. La misión del
seguro, de un beneficio social enorme
que desgraciadamente permanece oculto
a la mayoría, tiene la oportunidad de manifestarse
por medio de un producto útil,
una comunicación clara y un precio que
permita penetrar en el grupo de los incrédulos
hasta convencerlos de las insuperables
ventajas (que en ocasiones sólo
nosotros vemos) de estar protegido.
Max Revuelta
Y desea pronto consuelo a su esposa
Juliana y a toda su familia.
Descanse en Paz