COLABORACIONES
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#EFECTOSOTO
Marañón nunca ocultó esas pasiones: su carrera profesional ha girado entorno al cine, mientras que el amor por el deporte rey es genético ya que su padre es Rafael Marañón, futbolista del Espanyol que se convirtió en mito del club perico tras su retirada. Pero su atrevimiento y desvergüenza a la hora de mostrar su nivel de frikismo no tiene parangón. En 2005, publicó un volumen con el objetivo de congregar todas aquellas ocasiones en que el fútbol ha sido protagonista, principal o secundario, en producciones cinematográficas. El libro no podía llevar un título más simple y adecuado que el de "Fútbol y Cine. El balompie en la gran pantalla" (Editorial Ocho y medio).
A pesar del rechazo permanente del mundo de la cultura hacia el fútbol, las películas en las que este deporte toma parte son innumerables. Con una presencia cada vez más frecuente entre artistas y literatos, que poco a poco van perdiendo aquel miedo rancio a posicionarse como aficionados a un deporte, el fútbol se mezcla y manifiesta en casi todas las expresiones artísticas. El cine es probablemente la disciplina más rica en apariciones futboleras. El autor profundiza en esta peculiar combinación a través de futbolistas reales que hicieron fugaces (y no tan fugaces) apariciones en el mundo del celuloide, partidos imaginarios que forman parte del guión de la película como argumento principal o capítulo secundario, incluso algunos partidos reales que aportaron secuencias a algunas películas. Es sorprendente darse cuenta de la enorme cantidad de producciones cinematográficas con contenido futbolístico, este libro nos ayuda a ser conscientes de ello.
Para cerrar el círculo de este artículo, que comenzó con la cita de un brasileño asociado al mundo de la cultura, quiero terminar con otro brasileño que es leyenda del balompié: Pelé. Considerado por muchos como el mejor futbolista de todos los tiempos, Pelé ha sido siempre un gran aficionado al celuloide y ha aparecido o protagonizado diversas películas. Pelé siempre declaró que "de no haber sido futbolista, hubiese sido actor". Repasando vídeos de sus mejores jugadas creo que es justo dar las gracias por su decisión de no abandonar el balón; evaluar sus actuaciones en la gran pantalla nos permite llegar a la misma conclusión.