Si hablamos de la diversidad funcional, podemos decir que es un término alternativo al de
discapacidad que ha iniciado a utilizarse por iniciativa de las personas con condiciones
especiales y pretende sustituir a otros cuyo significado puede considerarse peyorativo,
tales como "discapacidad" o "minusvalía". Asimismo, Dentro de las pocas diversidades que
conozco están el retraso mental o actualmente llamado déficit de atención, la
hiperactividad, personas con discapacidad motora, dislexia, entre otras. He conocido niños
con diversidad funcional, los cuales tienen la suerte y la dicha de contar con una familia
que los apoya y permite que sigan con sus vidas, como si no tuviesen ninguna
“discapacidad”. De este modo, podemos decir que no es tan difícil reconocer a un niño
con diversidad funcional, por ejemplo en la película, si notamos que no aprende igual al
resto, y nos tomamos un tiempo para observarlo, entender por qué dice que las letras le
bailan y le hablan, la maestra hubiese podido investigar estos síntomas o de igual forma
haberlo remitido a u n psicopedagogo, que sería el encargado de informar a los padres
acerca de lo que está sucediéndole al niño.
En el mismo orden de ideas, estando en la situación de la maestra, no hubiese tildado al
niño desde un inicio como vago o flojo, me detendría a observarlo, a intentar
comunicarme con él para saber qué es lo que siente, para así procedente hablar con el
psicopedagogo, explicar la situación y empezar a buscar las maneras de sellar el
conocimiento en el niño, de permitirle ser parte del aula, de no sentirse mal por ser
diferente sino todo lo contrario, sentirse especial. Considero que si transformamos a un
niño con diversidad funcional en un adulto que no le tema a su condición, y sea
independiente, nos permitimos crecer nosotros mismos como personas, dándole la
oportunidad a otro de sentirse querido e importante, de ser parte de una sociedad.
Fuentes bibliográficas:
https://www.youtube.com/watch?v=8jvnjH8OWAQ