Acordamos hacer el ritual el sábado en la noche, mis padres estarán de viaje y podemos hacer todo sin interrupciones, si algo sale mal, iríamos a casa de Gaél, conseguimos la vela y mi objeto de poder será mi esfera del dragón que tengo desde pequeño, es una bola de plástico pero es especial para mí.
Eran las 8 de la noche del sábado, Gael toco la puerta y fui a abrirle, lo primero que dijo al entrar fue:
-¿ya estás listo para ir al mas allá?
- A lo que dice la hoja no es el más allá pero si, de todos modos ya tenemos cubierto todo lo que necesitamos.
Gael tenía curiosidad de ver el sótano así que bajamos a que echara un vistazo y quitar un poco el polvo.
Encendí la luz, pase hacia el lado de las sillas y Gael se quedó parado en el último escalón.
-¿Qué pasa?
-Se ve más tétrico de lo que pensaba, ¿crees que sea buena idea después de todo?, digo, si pasa algo, ¿Qué te puede pasar?
Me quede en silencio por un momento, dudando de todo este plan pero luego pensé.
-Sí, yo también estoy algo preocupado, pero si en realidad me pueden responder a todas mis preguntas, necesito saber porque mi abuelo hacia esto, Que tan seguido lo hacía, si tuvo que ver con su muerte, si todo esto lo dejo para que yo lo hiciera, necesito saberlo.
Después de limpiar un poco, para las 11 ya teníamos el ventilador y la cubeta con agua enfrente de la silla, apagamos la luz y dejamos una caja en la puerta abierta para que no se cerrara. Las instrucciones decían que durmiera hasta las 3:30 de la mañana pero la verdad no podía, Gael y yo estuvimos todo el tiempo en mi cuarto. Sin embargo, para no sugestionarme, jugamos todo el tiempo Grand Theft Auto hasta que sonó la alarma a las 3:30 de la mañana. Habíamos dejado todas las luces apagadas excepto la de mi cuarto. Para comenzar encendí la vela, puse en mis bolsillos la esfera y mi celular, Gael apago la luz, volteo e hizo una señal con el pulgar arriba, de que todo iría bien, pero su cara proyectaba que estaba preocupado, yo me fui rápido al sótano.