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ener la hermosa experiencia de pisar tierra extranjera con costumbres tan diferentes a las nuestras no se puede describir con palabras…
Siempre fue un sueño para mí pero nunca pensé que podría ser posible. Tal vez, porque tenía solo 14 años o porque, si viajaba con una compañía estaría 6 meses lejos de mi patria y perdería mi año escolar.
Supe que iba a viajar cuando vi por primera vez la foto del lugar. No sabía cuando pero creí que era posible. Por eso, el caminar por el Times Square, la cede de la ONU, el Central Park o por la Grand Central Station, no me sorprendió porque ya lo había soñado.
Manhattan es grande, ruidosa y completamente limpia. Sus altos rascacielos parecieran que tocaran al cielo y el Empire State es maravilloso, cada noche se ilumina con un color distinto, lo que ocasiona que cada vez que se lo mire impacte como si fuera la primera vez.
El convivir con personas de otros países hizo mi viaje mucho más interesante. Mis compañeras de cuarto de Dinamarca y Holanda representaron un modelo de la población europea y mis amigas de China y Japón me enseñaron lo aplicados que ellos son como países y lo lejos que estamos de ser como ellos. En cambio, yo les enseñe nuestra moneda oficial y les relaté la vida de los próceres que en ella aparecen. El típico yankee fanfarrón lo conocí en manos de Mr. Roger que preguntaba sobre nuestra crisis política y económica, escuchaba sobre nuestras tradicionales empanadas y hablaba todo el tiempo sobre las grandezas de su país, ¡Ojala podamos aprender de ellos ese amor a la patria! .Escuchó atentamente las recetas de. Pero sin duda, todo mi cariño y respeto se lo llevó Ms Furfaro, mi profesora titular, que se animó a probar un mate amargo, a escuchar mis gustos con la literatura y a obsequiarme ejemplares de estos.
Mucho aprendí durante ese frió mes en New York, tanto que podría contarles muchas cosas, pero no lo haré, en cambio los alentaré a experimentar y a aprender, TODO es posible si lo creen.
Angela Di Fiore
TARRYTOWN-NEW YORK 2013
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