Mente sana, cuerpo sano.
Tener una vida feliz y gratificante resulta más fácil con un cuerpo y una mente sanos. Los dolores, el malestar, y el cansancio son un obstáculo para nuestro bienestar. Sin embargo, para mantener una buena salud no es suficiente con confiar en los médicos. Tenemos que saber lo que nosotros mismos podemos hacer por mantener y mejorar nuestra salud. Una vida saludable es el resultado de muchas pequeñas cosas juntas. Mente, cuerpo y espíritu tienen que estar en completo balance. Depende de nosotras disfrutar o no de una vida saludable. No son las circunstancias ni las condiciones que nos rodea, sino el deseo que tengamos que hacer necesario para conseguirlo. Algunas medidas simples y prácticas para alcanzar este principio son: una dieta sana equilibrada, una buena hidratación, un plan diario de ejercicios, y un periodo de reflexión. Y, por supuesto, la voluntad, que es la capacidad de los seres humanos para hacer cosas de manera intencionada, por encima de las dificultades y el estado de animo. Al hacer ejercicio físico mejorará nuestro sistema circulatorio y se regulara el funcionamiento de nuestros órganos y tejidos. Aquellos que hacen ejercicio, generalmente se dedican a nadar o a correr. Estas actividades nos ayudan a mantener nuestra salud, sobre todo si la practicamos con regularidad, y siempre y cuando no forcemos nuestro cuerpo mas alla de su capacidad. Al momento de tener una vida sana en un cuerpo sano, estamos alcanzando una vida plena y un estilo de vida saludable.