La actividad económica surge
precisamente para superar el problema de
la escasez de recursos. La imposibilidad
de obtener todo lo que deseamos nos
obliga a elegir qué vamos a producir con
esos recursos limitados, qué necesidades
se van a satisfacer y cuáles no.
Los distintos protagonistas de la actividad
económica, o agentes económicos, se ven
obligados a tomar decisiones diariamente,
debido a que su limit ación de recursos les
impide comprar todo lo que quisieran. Por
el contrario, tienen que elegir qué hacer
con su limitada cantidad de dinero y qué
no hacer. En definitiva, tienen que
establecer prioridades decidiendo lo que
es más conveniente para ellos.
Las familias y los individuos son los
agentes dedicados al consumo y tienen
que elegir en qué bienes gastar sus
ingresos, siempre limitados: comida, casa,
ropa, videojuegos, música, etc. O decidir
cómo utilizar su tiempo: dedico la tarde a
estudiar o a hacer deporte, o quizás voy al
cine con los amigos... porque el tiempo,
es decir la vida misma, es otro recurso
escaso.
Las empresas son los agentes
económicos encargados de la
producción y distribución de
los bienes y servicios que
consumen las familias. Ellas
deben tomar decisiones sobre
cómo invertir su presupuesto
financiero, por supuesto
limitado: qué bienes producir,
cuántos trabajadores
contratar, cuantos equipos
adquirir, etc.