El socialismo es un sistema de producción post-mercantil, lo que
significa que la producción se orienta al valor de uso (para satisfacer
directamente las necesidades humanas, o las demandas económicas)
en lugar de producir exclusivamente para generar un beneficio (para
maximizar el valor de cambio). La etapa en que la acumulación era
viable y eficaz se vuelve insuficiente en la etapa socialista de
desarrollo económico y social, llevando a la situación donde la
producción se lleva a cabo independientemente de la acumulación de
capital de una manera supuestamente planificada. "Planificación" ha
sido interpretada como una planificación descentralizada,
participativa y basada en la democracia en el puesto de trabajo o
como una planificación centralizada.
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