• El liberalismo económico impulsa el
desarrollo, la creatividad y la
innovación. Las personas y empresas
tienen los incentivos para competir y
buscar la forma de lograr sus
objetivos. Los defensores aseguran que
gracias al libre comercio los
consumidores pueden disfrutar de una
mayor variedad de productos y
servicios a un precio más accesible
debido a la presión de la competencia.
• No obstante, los críticos argumentan
que en su estado más extremo, el
liberalismo económico deja de lado
consideraciones sociales. En
particular se desentiende de aquellos
que se encuentran en una situación
desventajosa y por ende les es muy
difícil progresar (niños pobres,
enfermos, ancianos sin recursos, etc.).
François Quesnay, Adam Smith, Ludwig von Mises y Friedrich
Hayek.
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