¿Y qué podemos decir de la demanda? Pues que la caída de los precios se ha traducido en un aumento del consumo. Así ocurrió en 2015, cuando la demanda creció 1,8 millones de barriles diarios —una tasa anual del 1,9%—, y se sigue observando en la primera mitad de 2016, con crecimientos interanuales de 1,5 millones de barriles, con un ritmo anual del 1,6%. Lo sorprendente es no solo la magnitud del aumento cuando la economía mundial se está desacelerando, sino que el consumo crece 600.000 barriles al día en los países de la OCDE, donde se pensaba que nunca más volvería a incrementarse la demanda. Además, casi la mitad de este crecimiento es europeo Con estas dinámicas, la AIE señala que la diferencia entre oferta y demanda se situó en unos 200.000 barriles al día en el segundo trimestre, y que probablemente en julio se haya alcanzado una situación equilibrio en el mercado mundial de crudo.
Es decir, en un año se ha corregido casi en su totalidad el desequilibrio del mercado, y se espera que estas dinámicas continúen hasta que los niveles de demanda superen de manera continuada a los de oferta, ayudando así a reducir los altos niveles de inventarios. Estos elevados niveles de inventarios son, según la AIE, el principal freno a una fuerte recuperación de los precios del crudo.
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