Trabajar le era imposible y no logró darle a Stella en todo este período sólo un comentario a las Rimas de Petrarca. Único fruto moral de aquellos años, las queridas y gentiles amistades que encontró en Florencia, en el círculo de literatos y pensadores: allí conoció a Gino Capponi, a Manzoni, a Pietro Colletta, y volvió a encontrar a Giordani. Y lo más importante fue que regresó a la poesía, le surgieron espontáneos y vivos los ágiles versos del Resurgimiento y la canción A Silvia una de las mejores de sus líricas.
Lauara Elena Villareal Colmenares
doxa 41
Canción a Silvia poema de Leopardi