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Para probar sus afirmaciones, tomó las cenizas que dejaban los leños quemados de su calentador, los molió en un molcajete y los deposito en el recinto mortuorio, alegando que eran restos del famoso personaje griego, los hijos creyeron al pie de la letra la historia y se consideraron nobles de ascendencia importante. Los muchachos crecieron entre las altas esferas, se relacionaron como estaba previsto, logrando pertenecer al grupo de las familias ricas de la ciudad, terminaron como profesionistas, Gabriela se recibió de contadora, Gabino y Melchor de Ingenieros Industriales , la hija mayor por pretensiosa nunca se caso, ya que se quedo esperando al príncipe de sus sueños viviendo en la casa de sus padres hasta que ellos murieron.