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Pero no fue así, de estos medios se posesionaron para difundir la diversión, la distensión y el ocio, y por diversión se entiende desde la violencia física o psicológica hasta la estupidez. Hoy, cuando se transmite un programa cultural, un encuentro de científicos, una pieza de música sinfónica, un teleteatro de calidad, sólo lo disfrutan más o menos los expertos; a los demás les parece aburrido, solemne o, a muchos jóvenes, cosas de viejos”. Además, y como dice Eco8, la industria cultural vende “efectos ya confeccionados”, de modo que el profesor que incidentalmente utilizara algún fragmento de sus productos, no llenaría las finalidades de la enseñanza, ni siquiera las que él se propone en el caso (producir un efecto), pues el alumno no tiene nada que reflexionar, el efecto está dado, se ha reflexionado por él, y esto es contrario -supongo- a los fines de la educación escolar, o sea, crear una “vida cultural especializada”. Es válido, por supuesto, utilizar la metáfora, la comparación o símil, la ejemplificación elemental y hasta las bromas juveniles y el habla

8 Umberto Eco, Apocalípticos e integrados e integrados. p. 88. popular, para puntualizar o clarificar algunos temas o para reforzar los pensamientos transmitidos, pero no comparemos nunca lo que enseñamos en la escuela con lo que muestra la televisión a través del cantante, la canción o la vedete de moda. ¡Por favor!

La fuente principal de información de los profesores está en los libros, en sus reseñistas, sus comentaristas y sus intérpretes. La cultura del Life y del Selecciones se tiene, si es que se tiene, como diversión o distensión, no como información cultural principal. Contar esencialmente con la información pseudocultural y trabajar en una escuela, sea como profesor o como estudiante, es moverse en un submundo que nada tiene que ver con ese centro de de trabajo.

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El profesor que sabe de su disciplina, pero que no se arriesga a acercarse a otras, mejor que se quede encajonado en la suya propia y no tome la pseudoinformación cultural de aquellos medios. En ellos sólo aprendería, en el menos malo de los casos, comunes que muy probablemente sus alumnos conocen más y mejor. No ayuda en nada y en cambio impide la comprensión de la clase, y conduce a la vulgaridad y la torpeza.