Dosis A La Carta DOSIS | Page 56

llas de varios tamaños, un pote grande de vidrio con muchos chiles habane- ros verdes nadando en un jugo nada inofensivo para el paladar y varias salsas, condimentos y demás que explotan de sabor. Rojita, m o ja - dita y jugo- s i t a son las lonjas de car- ne ba- ñadas en salsa que se meten de una en una por un tubo de metal, acompaña- das entre ellas con pe- dazos finos de cebolla y cilantro, colocados sutil- mente sobre la carne que sube y sube, carne tan ex- quisita que con solo verla lleva al olfato un olor a car- ne asada. Se desnuda una piña doradita, se le hace un hueco por todo el cora- zón y se ensarta en el tubo finalizando por fin el pri- mer proceso de la famo- sa carne al pastor. Esta es llevada al asador giratorio, donde absorberá cada in- grediente y sabor, donde la piña se irá desangrando y mojando cada rincón de este delicioso aperitivo. “Es hora de hacer frijoles”, exclama una de las cocineras alre- dedor de las cuatro. Llega el primer cliente y se pide un burrito, un pedido que rápidamente llega a la cocina. Se limpia el asador con una espátula. Huele a tomate. Se pone la tortilla en el asador. Se prende el fogón. Las manos ágiles del cocinero agregan cada ingrediente con sofistica- ción, y en un abrir y cerrar de ojos ya se encuentra un burrito derramando que- so derretido, sobre un plato largo y colorido. Así como el burrito, una gran variedad de cosas