A
DEL KIBBE
LA AREPA
“Cocina con
amor y revuelve
con cariño”
Manira Chujfi.
Desde este acontecimien-
to Manira toma motivación
y torna la gastronomía
como un proceso de tras-
misión de conocimiento,
no solo en ámbitos culi-
narios sino también cul-
turales.
En su hogar siempre se
fomentaron las tradicio-
nes árabes: la colombia-
na Lola Ospina, su ma-
dre, quien aprendió los
diferentes procesos de
preparación directamente
Una mezcla de sabores,
esencias, olores, pero más que nada de culturas, así describe Manira
Chujfi la gastronomía.
Colombia es árabe. El sol
del medio oriente abraza-
ba a Pereira, una pizca de
pimienta reflejaba la per-
sonalidad de esta mujer
con raíces sirias. Cortesía,
cualidad innata que aflora-
ba de Manira.
Con un gesto de conoci-
miento e interacción afirma
que sus antepasados, en
vista de la guerra en Home
Siria, deciden migrar hacia
América, su familia, especí-
ficamente a Colombia. Con
ello, comienza un mestiza-
je, la fusión entre dos cultu-
ras, donde una aprende de
la otra y viceversa, factores
que dan pie a una cocinera
totalmente empírica pero
integral.
“Desde pequeña mi madre
me regaló un kit de cocina,
con esto yo me prepara-
ba mis propios almuerzos”,
comenta eufórica mientras
deja ver sus pendientes
turquesa como el
agua del mar
índigo.
“En mi casa
d i a r i a m e n te
se preparaban alrededor
de 100 panes árabes para
mis amigos y todo el que
llegara”.
FOTOGRAFÍA
Joaquín Romero Martínez
Falafel, Kibbe, cordero, arroz de almendras y carne
envuelta con hojas de repollo son algunos de los
platos árabes más conocidos.
en Siria junto al árabe Ma-
nir Chujfi, su padre, la guia-
ron por un camino enfoca-
do en sus raíces orientales.
La berenjena asada, que
se mezcla con tahina, se-
millas de sésamo o a jon-
jolí molido, zumo de limón,
a jo y comino. Dan origen
al Baba Ghanoush, uno de
los platos más conocidos y
más preparados en todas
las regiones de habla ára-
be, este a su vez genera la
sensación de un algodón
que se deshace en el pa-
ladar, tanto es el placer al
degustar dicho plato que
se ha convertido en la co-
mida preferida para Mani-
ra, junto a los garbanzos o
también llamados Hummus
en Egipto, Palestina, Irak
y otros países. Con un ni-
vel enfático Manira afirma:
“Para un árabe el dulce es
algo espectacular” la gran
mayoría de estos prepa-
rados a base de masa filo
con añadiduras de nueces,
almendras, pistachos o pi-
ñones.
Compartimos tradiciones,
vivimos un gran mestiza je
en el cual se evidencia el
crecimiento y la importan-
cia de la cultura árabe en la
mayoría de las costumbres
que tenemos aplicadas en
nuestro contexto.
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