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Sueños de Don Bosco
En la vida de San Juan Bosco, se narran 159 sueños de este Santo.
Al principio él no les daba mayor importancia, pero luego se fue dando cuenta de que lo que en sus sueños veía o escuchaba se cumplía después con maravillosa exactitud, y empezó a narrarlos a sus discípulos de mayor confianza. No había pensado escribirlos, pero el Sumo Pontífice Pío IX, al darse cuenta del mucho bien que estos sueños podrían hacer a la gente, le mandó terminantemente que los escribiera.
El Santo decía: “He llegado a convencerme de que a veces la narración de un sueño de éstos les hace mayor bien a los oyentes que un sermón”. Y en 1886, dos años antes de morir, al oír que su gran amigo el Padre Lemoyne le decía: “Muchos de sus sueños se pueden llamar “Revelaciones de Dios”, Don Bosco exclamó: “Así es, son revelaciones de Dios”.
Lo que más impresionaba a los que le escuchaban a San Juan Bosco narrar los sueños que había tenido, era el constatar poco tiempo después cómo se iba cumpliendo a la letra todo lo que en el sueño le había sido avisado que iba a suceder.
Cuando a mitad del siglo XX fue fundada la ciudad de Brasilia, los constructores quedaron admirados al constatar que ellos sin habérselo propuesto, fundaron la ciudad en el sitio exacto donde la vio Don Bosco en sueños 70 años antes. Y otro tanto sucedió en Argentina cuanto encontraron pozos de petróleo donde nadie imaginaba, pero donde las había visto en sueños nuestro Santo.
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