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Los muchachos de Turín

El joven sacerdote, Don Bosco, tenía 26 años cuando se ordenó. Se trasladó a Turín en donde acepta la sugerencia de su confesor, el padre Cafasso, de adelantar tres años más de estudios en el Instituto Pastoral fundado por él (Convitto Eclesiastico en italiano), cerca de la Iglesia de San Francisco de Asís. El propósito de dichos estudios era profundizar en la tarea sacerdotal, la teología moral y la predicación. Al mismo tiempo prestaba servicios pastorales en diferentes centros de la ciudad, lo que le permitiría conocer la realidad juvenil de la misma.