En la Vita escrita sobre Domingo Savio años más tarde, Juan Bosco afirmó que esos recuerdos fueron como una especie de guía para sus acciones hasta el final de su vida. Don Bosco encontraba en ellos una fórmula sencilla y completa para la vida cristiana de los jóvenes.
Puedo decir que en todo este tiempo no tuve en mi escuela un muchacho parecido a Domingo en la amistad con el Señor. Era joven de edad, pero sensato como un adulto. Su dedicación constante al estudio y su cumplida bondad atraían el afecto del maestro y lo hacían amigo de todos.
En febrero de 1849, toda la familia se trasladó a Mondonio, (actual Mandonio San Domenico Savio, localidad perteneciente al municipio de Castelnuovo Don Bosco). Domingo, con siete años y una preparación y madurez poco común para su edad, recibió el 8 de abril su primera comunión en la parroquia de Castelnuovo Don Bosco. Arrodillado al pie del altar, con las manos juntas, pronunció los propósitos que venía preparando desde hace tiempo, y que quedaron escritos en su devocionario
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