“Los resultados demostraron que los dueños de perros que vivían solos tenían una reducción de 33 por
ciento del riesgo de muerte, y un 11 por ciento menos de riesgo de infartos de miocardio durante un
seguimiento comparado con personas que vivían solas y que no tenían perros”, sostuvo Mwenya Mu-
banga, una de las autoras del estudio.
“Vemos que los efectos en hogares en que sólo vive el perro y su dueño son mucho más fuertes que en
aquellos compuestos por más de una persona”, acotó el profesor y líder de la investigación, Tove Fall, al
tiempo que acotó que “si tienes un perro, neutralizas los efectos de vivir solo”.
Pese a que las razones de este fenómeno no fueron estudiados, los investigadores explican que los due-
ños de perros tienen un mayor nivel de actividad física, puesto que deben sacar a pasear a sus mascotas
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