Nos remontamos al principio del Homo Sapiens, hace
150.000 años, cuando se vio en la necesidad de usar el
engaño para la caza y poder aumentar sus posibilidades de
supervivencia. Este engaño fue evolucionando hasta ser
utilizado por alguno de ellos en beneficio propio y poder
imponerse en el grupo.
Empezaron a aparecer la adoración a los dioses y la
brujería, que se convirtieron en muchas ocasiones en engaños
y mentiras para dominar a los de su especie. En esa época, la
gran mayoría eran seres humanos auténticos con un ADN
limpio de embustes y engaños.
Los grandes dominadores de las diferentes épocas
utilizaron la mentira para poder controlar al pueblo. Este, a su
vez, a otro nivel, fue usando las mismas tretas que sus
gobernantes.
El Homo Sapiens Sincerus inició un camino diferente y
complejo por la dificultad de no disponer de esa ventaja
evolutiva. Sin embargo, la relación social era muy buena,
sincera, y había un equilibrio que los hacía fuertes. Sus líderes
eran fieles al grupo y todo se hacía pensando en el bien
común.
Una rama del Homo Sapiens Sincerus fue perdiendo la
pureza por entrar en contacto con los otros Homo Sapiens, lo
que degeneró en la espec