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Getafe-Zaragoza

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La primera mitad comenzó con arreón de los maños, que poco a poco se fueron haciendo dueños del encuentro. Los de Luís García no se jugaban nada deportivamente, salvo el dinero del traspaso de Uche y los posibles maletines. Se fue notando con el transcurrir de los minutos y las ocasiones iban llegando del lado blanquiazul. El podería iba a ser aún más incesante cuando el Getafe se quedó con uno menos por la expulsión de Sarabia por doble amarilla. Pocas ocasiones claras tuvieron los visitantes, salvo un disparo desviado de Álvarez al filo del descanso. El Zaragoza estaba en segunda división y debía reaccionar.

La charla del descanso de Manolo Jiménez dió resultado, puesto que el cambio de actitud en los visitante fue notorio. Empujaron con más ahínco a la meta de Moyá, tanto que provocaron un penalti por manos de Miguel Torres, que también fue expulsado por doble amarilla. El Zaragoza lo tenía a huevo, penalti a favor y con dos hombres más. No falló Apoño, que la mandó a la red y celebró con rabia la salvación momentánea de los blanquillos. La grada del Coliseum Alfonso Pérez pareció hoy la de La Romareda y al grito de "Zaragoza nunca se rinde" espoleó a los suyos. Estaban ante un panorama deseado, puesto que no debían buscar el gol.

El partido se fue apagando, ya que ambos bajaron la intensidad a falta de sobresaltos en los otros campos de Primera. Se podría decir que firmaron un pacto de no agresión, aunque el Getafe se lo intentó saltar en alguna que otra ocasión, aunque Güiza perdonó solo delante de la meta de Roberto. A pesar de no ser un partido bronco, el Zaragoza también iba a perder un jugador, esta vez por una entrada a destiempo de Dujmovic. A Teixeira Vitienes se le fue un poco la mano, puesto que dos minutos después dejó con ocho jugadores a los locales por una durísima entrada de Miku a Álvarez.

El Zaragoza buscó el gol de la tranquilidad y lo consiguió, con un espectacular tanto de Hélder Postiga desde fuera del área. El portugués lo celebró con un júbilo digno de un equipo que al grito de "¡Sí, se puede!" batalló por su vida hasta que lo consiguió. Increíble hazaña del cuadro maño que permanecerá un año más en la mejor Liga del mundo.