Granada-Rayo Vallecano
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Rayo Vallecano y Granada jugarán la próxima temporada en Primera División. Raúl Tamudo hizo lo que mejor sabe hacer y, en los últimos instantes del partido, marcó el gol más importante en la historia reciente del conjunto de José Ramón Sandoval. Un gol que deja a los vallecanos en la categoría cuando habían estado durante media hora acompañando a Sporting y a Racing en Segunda.
Apostaría a que más de la mitad del aforo del estadio no se enteró de cómo marcó el catalán este gol tan importante. El caso es que lo marcó, en melé dentro del área, en medio de la confusión y con el consentimiento de un conjunto andaluz que se sabía salvado después del despiste del Villarreal en los últimos minutos de su partido en El Madrigal ante el Atlético de Madrid.
Tras el descanso, la situación había sido tan tranquila… que el nerviosismo en Vallecas empezaba a multiplicarse. La falta de goles en Primera División lo estaba dejando todo igual. La caja de los truenos no tenía más que abrirse y, rondando el cuarto de hora de la segunda mitad, se abrió y en Vallecas vieron el primer relámpago del descenso con media hora muy larga por delante. La afición franjirroja reaccionó al gol de Zaragoza animando como nunca a los suyos pero estos parece que no lo notaron demasiado.
La primera parte había tenido ritmo, intensidad, nerviosismo y alguna que otra ocasión, aunque más bien aislada. Habían faltado la necesidad y las prisas, además del gol, como en los campos donde estaban en juego las posiciones de descenso. La ausencia de nerviosismo transmitida desde Getafe, Málaga y Villarreal se palpó en el terreno de juego. La lata la pudo abrir al comienzo Ighalo, siempre presente en las grandes ocasiones, pero David Cobeño le dejó claro que este no iba a ser un partido donde marcar fuera algo sencillo.
Franco Jara tuvo la puntilla para mandar a los madrileños a Segunda y dar la alegría a los suyos, pero el incisivo jugador no acertó a batir a Cobeño y envió el balón al fondo sin grada del Estadio de Vallecas. Después, ¿qué quiere usted leer?, querido lector. José Ramón Sandoval y Abel Resino lloraron juntos porque sus respectivos equipos se quedaron en la categoría en un final de infarto.