Espayol-Sevilla
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A los diez minutos de partido, mientras dentro del terreno no pasaba realmente nada, aparecieron una serie de pancartas en las que se podía leer cosas como "el club del día de la marmota". No hay mejor manera de describir el sentimiento de una afición que de nuevo vuelve a ver como su equipo, que durante muchas jornadas ligueras ha estado con posibilidades de meterse en Europa, se ha desinflado en los momentos decisivos. Van dos años consecutivos que a los de Pochettino les sucede los mismo. En cuanto al juego, más bien poco. Alguna internada de Coutinho y pequeños detalles de Weiss (ambos jugando ya su último partido como pericos), pero poco más. Ni el Espanyol ni el Sevilla pusieron la intensidad (¿necesaria?) para jugar un partido de fútbol. El único que puso un poco por su parte fue Negredo, que tras caer varias veces en fuera de juego (que por cierto, todos acabaron en gol) fue en último minuto del primer tiempo cuando por fin logró marcar y abrir el marcador.
En el segundo tiempo, y a medida que iban avanzando los minutos, el Sevilla se fue cerrando cada vez más y fue el Espanyol quien decidió ir al ataque. Ya que era el último partido, al menos que no fuera una derrota. Poco a poco fueron cercando la portería de Palop hasta que Coutinho (!cuanto te van a echar de menos¡) , tras un gran pase de Verdú, logró el empate a falta de diez minutos para el final. Buen broche final a una gran media temporada del brasileño. A partir de ahí ya fueron los últimos coletazos a un partido flojo que ponía fin a una temporada floja. Eso si, la afición tuvo tiempo de corear el nombre de Raúl Tamudo tras saber que su tanto salvaba al Rayo.
A partir de ahora ya toca pensar en la temporada que viene que, visto la situación económica del club, no será tampoco nada fácil de manejar.
Temporada para olvidar