Dinero y Salud Financiera Año 1 Número 4 DySF No.4 (DIGITAL) Julio-Agosto | Page 8
AHORRO
JOVEN E INDEPENDIENTE
¿CONVIENE FINANCIERAMENTE DEJAR EL NIDO?
Autor: Javier Palma. Director
y conferencista de Monetiza
Capacitación y Consultor de IRStrat.
H
ace algunos días leía una
nota de El Economista que
mencionaba que los jóvenes
en México abandonan el
hogar de sus padres a los ¡28 años
en promedio!, es decir, ya que han
terminado la Universidad, algunos
otros hasta el postgrado y no quisiera
pensarlo, pero algunos ya hasta estando
casados. ¿Y esto por qué? sería la
primera pregunta que viene a la mente.
En principio, un cambio de mentalidad
influye en que los jóvenes prefieran la
comodidad de la casa familiar, pero no
podemos quedarnos hasta ahí.
Sin duda, el motivo principal es una
razón de peso, de dinero pues, debido a
que los sueldos que perciben los jóvenes
egresados de alguna licenciatura son
“insuficientes” para el nivel de vida
que quisieran tener (de acuerdo a lo
que dicen ellos), si tomamos en cuenta
que de acuerdo al estudio realizado
por el IMCO (Instituto Mexicano para
la Competitividad AC) en 2016, estos
ingresos en promedio fueron de $11,300
y sin haber concluido los estudios
universitarios, en promedio los ingresos
mensuales alcanzan los $6,300 pesos.
La decisión de vivir solos nos ayudará
a madurar más rápido y a ser más
responsables y disciplinados, pero no
siempre. Para esto es indispensable
preparar un presupuesto de nuestros
gastos (como el ejemplo que tenemos
a un costado) y seguirlo plenamente.
Para ayudarte a tomar esta decisión, me
gustaría que hiciéramos un ejercicio de
análisis de los principales gastos que
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incurrirían los jóvenes si decidieran
tomar esta decisión.
En primerísimo lugar debemos
considerar la renta del lugar para vivir,
ya que puede significar un elevado
porcentaje de los ingresos, llegando
incluso a un 50%. Bajo este panorama,
los jóvenes van posponiendo su idea de
abandonar el nido. Ya sea que quieran
vivir como reyes, o como arrimados, hay
lugares para vivir para todos los gustos,
pero debemos de apurarnos a verlo,
sobre todo si ya vamos llegando a los
28, no vaya a ser que nos pase como al
estadounidense al que demandaron
sus papás para que desaloje la casa.
En primer lugar, se debe considerar la
renta del lugar dónde vivir. La renta de
una casa o departamento, dependiendo
de la zona donde quisieran vivir, puede
oscilar entre $2,500 a $5,000, por lo que
la posibilidad de buscar un “room mate”
aliviana la carga de la renta en un 50%.
También, hay otras opciones, como
rentar solamente un cuarto, pero ahí
es posible que tengas que sujetarte a
ciertas reglas, justo de lo que estamos
saliendo.
A la renta hay que sumarle los servicios:
agua, luz, mantenimiento, internet,
celular. ¡Sí! Aquí es donde nos empieza
a caer el veinte y el síndrome del hijo
pródigo podría incorporársenos. Pero,
si la decisión de vivir solos, por los
beneficios que trae es muy fuerte,
sigamos adelante… ¡que más adelante
hay más gastos! Regresando a estos
servicios de la casa, buscar pagar menos