Una aventura con muchas sorpresas
Yukia era una niña que vivía a las afueras de palenque, cuando el alba rayaba en el cielo ella salía a vender frutas al pueblo, una mañana como cualquier otra Yukia tomó su canasta sin esperar lo que le deparaba el camino. Mientras cruzaba la selva para llegar al pueblo, un mono travieso colgado de un árbol observó una deliciosa banana y la tomó sin ella darse cuenta, la niña continuaba su caminata por la selva, diferentes animales tomaron frutas sin que Yukia se percatara de lo sucedido. El gran avestruz tomó una jugosa pera, La esplendorosa cebra una dulce naranja, el elefante gigante una roja manzana, la larga jirafa una piña muy amarilla, el siervo con sus grandes cuernos agarró un suculento mango verde y por ultimo desde los cielos un emplumado loro tomo la única ciruela morada.
Cuando Yukia iba a entrar a la aldea distraída pasó por un frondoso árbol cargado de naranjas, de repente una cabra que se soltó de un cerco, corrió y se estrelló justo con el árbol provocando que todas las naranjas cayeran dentro de la canasta vacía de la niña, pocos minutos después Yukia entró a la aldea dispuesta a vender sus frutas, el hermano menor el cual la esperaba en el pueblo la ayudó a bajar la canasta, para sorpresa de ambos estaba llena de naranjas. Todos los habitantes del pueblo la llamaban para comprarle sus jugosas naranjas, Yukia y su hermano estaban felices de haber vendido todo
FIN