Diario Profesional May,2014 | Page 7

El Diario de una Discriminación.

Sofía Monserrate es una dama de 32 años y es la abogada más exitosa en el bufete González & Martínez en San Juan, Puerto Rico. Sofía estudió en una distinguida universidad de leyes en Puerto Rico y se graduó con honores y las mejores puntuaciones en su concentración y fue a perseguir un doctorado en la Universidad de Harvard. Pero Sofía Monserrate era una muchacha joven con mucho carisma y mucha motivación para ser una de los mejores abogados y abogadas de Puerto Rico y con esas mismas características fue al estado de Boston, Massachusetts donde se encuentra una de las mejores instituciones de leyes en el mundo entero. Pero lo que Sofía no sabía es que en este nuevo periodo de su vida se iba a encontrar con un obstáculo enorme que le cambió su forma de ser y lo que la definió como profesional hoy en día.

Al llegar a Boston, Sofía se sintió emocionada, lista y motivada para empezar esta nueva aventura en su carrera profesional. Al llegar a la primera clase, Sofía se sintió muy incómoda desde que entró en la puerta ya que todos los estudiantes de la clase eran varones y ella era la única fémina. Se sintió intimidada y el profesor de la clase no la ayudó. Desde que Sofía se sentó en su silla el profesor le hizo varias preguntas de diferentes casos y problemáticas que era imposible responder correctamente porque solo un abogado con más de 10 años de experiencias podía responder esas preguntas que el profesor le hizo a Sofía. Sofía, asustada e intimidada, parecía como un témpano de hielo al no saber cómo soltar ni una silaba. Los estudiantes se empezaron a reír y burlarse de ella ya que no sabía, a lo que el profesor solo dijo. “Y por eso no había una mujer en mi clase de leyes.”

Sofía huyó del salón, llorando y sintiéndose denigrada por los otros estudiantes y el profesor. El profesor y el resto de los estudiantes la ficharon como ineficiente por ser mujer. Sofía se sentía discriminada por el profesor ya que en todas las clases le daba los casos más difíciles, le daba malas calificaciones en todos los trabajos, aunque estuviera correcto. Ella empezó a desmotivarse para ser abogada ella no se sentía apta para ser abogada.

Una noche recordó una frase que su padre le dijo antes de irse de Puerto Rico y fue: “Los caminos más difíciles en la vida son los más recompensados a lo último.” Desde ese momento, Sofía decidió no rendirse en su trayectoria para ser abogada e incluso, no iba a permitir que la denigraran por su sexo. Estudio día y noche, decidió leer y analizar todo libro para ampliar su conocimiento y sobresalir al lado de sus compañeros varones de su clase. Empezó a contestar todas las preguntas que el profesor le hacía y adquirió el respeto del profesor, pero de sus compañeros no. Sofía estudiaba y sus compañeros hacían lo imposible para distraerla. Algunos les dejaban mensajes que las mujeres eran biológicamente inferiores que los hombres pero Sofía seguía sin preocupaciones y concentrada en su meta.

Ya era la recta final del curso y todos los estudiantes se estaban preparando para el examen final. Sofía estaba determinada en pasar este examen y su determinación en mostrar que su sexo no la hace inferior ni menos capacitada para poder ser una excelente abogada. Los varones solo estaban concentrados en hacerle la vida imposible a Sofía. A solo días del examen, varios de los estudiantes de la clase le quemaron los papeles de notas a Sofía para que no pudiera estudiar ni prepararse para el examen final. Ella no pudo estudiar más pero ella se sentía muy confiada en todo el esfuerzo que gastó en estudiar para ese examen y sentía que ya no necesitaba esos papeles. Llega el día del examen y Sofía Monserrate estaba lista para coger ese examen que determinaría si pasaba la clase o no. Después de 2 horas, la joven Sofía pasa el examen y el curso con la mayor puntuación en el examen final.

Iván Reyes

Cuento

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